Un aspecto fundamental para la gestión integral de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en Colombia, es la inclusión de la valoración como estrategia para la gestión del territorio. Desde la Política Nacional de Biodiversidad de 1998 ya se reconocía a los sistemas de valoración económica y no económica de la sociedad como una de las ca usas indirectas de la pérdida de biodiversidad en el país.
En la Propuesta Técnica del Plan de Acción Nacional en Biodiversidad (1998), se propuso la valoración económica como una herramienta para la gestión de la biodiversidad. La actual Política Nacional para la Gestión Integral de la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos - PNGIBSE- 1, propone una valoración
integral, la cual propende por la inclusión de valores monetarios y no monetarios, valores ecológicos y sociales y la incorporación de análisis de trade-offs. Esto en el marco de iniciativas mundiales como la Evaluación de Ecosistemas del Milenio (MEA, por su sigla en inglés), la iniciativa de La Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad (TEEB, por su sigla en inglés) y el marco de sistemas socioecológicos.
Desde el año 2011 el Instituto Humboldt trabaja en el desarrollo de una propuesta de Valoración Integral de la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos - VIBSE, la cual plantea aspectos conceptuales, metodológicos y la formalización de un modelo operativo. La propuesta parte del reconocimiento de los conflictos socioambientales como dinamizadores de las decisiones políticas y de gobernanza al interior del país y la existencia de diferentes lenguajes de valoración y maneras de aproximarse a los mismos.
La VIBSE busca contribuir a la gestión territorial a través de la “integración” de los diferentes dominios de valor de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, y el reconocimiento de las asimetrías (trade-offs) y sinergias en el acceso y manejo de dichos servicios. Esta sería la fase previa a la formalización de escenarios plausibles y concretos, enfocados en procesos de gestión adaptativa que conlleven a sistemas socioecológicos más resilientes a los impulsores de cambio global. Sin embargo, su contribución a la economía nacional y su compromiso en la seguridad alimentaria, dan facultades de corresponsabilidad en la conservación de la biodiversidad y uso sostenible de los servicios ecosistémicos.
Desde este punto de vista, la VIBSE está en línea y busca ofrecer una posible respuesta al primer objetivo estratégico Aichi en sus primeras dos metas, en las que se destaca la necesidad de posicionar y visibilizar el valor de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en la toma de decisiones. Así mismo, se enmarca en la PNGIBSE y busca hacer operativas algunas de las estrategias y principios orientadores allí propuestos. Adicionalmente, si bien el fin último de la VIBSE no es el posicionamiento de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos como valor público, necesidad identificada por la PNGIBSE, este ocurre como propiedad emergente en el proceso de aplicación del modelo planteado.
Identificación y caracterización de los servicios ecosistémicos de la cuenca media-alta del río Otún, Risaralda3
La cuenca media alta del río Otún se encuentra ubicada en la Cordillera Central, y comprende los municipios de Pereira, Santa Rosa de Cabal, Dosquebradas y Marsella. Además tiene una extensión aproximada de 481 km2, que corresponden al 13,4% del área total del departamento de Risaralda y alberga una población cercana a los 374 mil habitantes.
Esta cuenca es de suma importancia, siendo proveedora de agua para la ciudad de Pereira y otros poblados de la región, así como por el contexto de conservación asociado a las áreas protegidas (Parque Nacional Natural de los Nevados). Pese a esto, en los últimos 50 años el modelo de gestión del territorio ha sido de comando y control y ha venido desconociendo la realidad local de las comunidades campesinas que han habitado esa zona históricamente. Las actividades productivas relativas a la ganadería y a los cultivos de cebolla son las principales generadoras de ingresos para los pobladores de la parte alta. Sin embargo, la visión desde las autoridades municipales y ambientales ha sido la de la conservación para garantizar el flujo de agua hacia los centros urbanos.
Desde esta perspectiva se hace evidente la existencia de trade-offs a distintos niveles: a. Entre escalas, en donde la conservación de ecosistemas a nivel más regional está en contraposición de las realidades de las comunidades locales; y b. Entre actores, en donde los gobiernos municipales y las autoridades ambientales ven en la cuenca la provisión de agua mientras que las comunidades locales la provisión de alimentos.
las comunidades locales la provisión de alimentos. Estos trade-offs se evidencian en la identificación y priorización de servicios ecosistémicos que hacen los distintos actores sociales en la cuenca. En este proceso de reconocimiento de la percepción que tenían los habitantes de la cuenca media-alta del río Otún de los servicios ecosistémicos, uno de los principales resultados fue que estos diferenciaban más coberturas (vistas como ecosistemas) que los que se mostraban en los mapas. Así mismo, que estos veían en cuatro coberturas el mayor número de beneficios recibidos. De igual forma, los servicios más reconocidos fueron los de regulación, seguidos por los culturales y los de provisión; el servicio que se genera por mayor cantidad de coberturas es la provisión de alimentos.
Siendo la VIBSE un ejercicio participativo y de construcción social, los actores identificaron también relaciones negativas y positivas entre los servicios ecosistémicos mencionados previamente. Esta correlación entre servicios también cambia de acuerdo con el actor consultado. Los tomadores de decisión de orden institucional identifican relaciones negativas entre servicios culturales como el ecoturismo (prioritario para las comunidades locales) y
los servicios de regulación hídrica (prioritario para las instituciones), mientras que las comunidades no perciben que la relación sea de esta forma. Estas asimetrías profundizan las dinámicas de conflictos socio-ambientales en la región, puesto que es la visión de las organizaciones estatales la que determina las medidas de gestión.
En este estudio, los actores locales identificaron al bosque nativo como la cobertura con mayor número de servicios ecosistémicos asociados, y a los
robledales como la cobertura con menor número.
Rincón, A., Echeverry, M. y Zuluaga, P. Valoración integral de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, VIBSE. En: Bello et al. (ed). Biodiversidad 2014. Estado y tendencias de la biodiversidad continental en Colombia. Instituto Alexander von Humboldt. Bogotá D.C., Colombia. 2014.