Conocer y valorar la biodiversidad y usar dicho conocimiento para el desarrollo es uno de los mayores desafíos del país. En tiempos recientes, la preocupación por entender los factores que contribuyen a la pérdida de la biodiversidad ha motivado a la comunidad científica a enfocar esfuerzos para consolidar un inventario de especies que permita identificar patrones y cambios a través del tiempo y del espacio1,2.
Dada la naturaleza global de este reto, la necesidad de movilizar, disponer y ofrecer un acceso abierto a datos primarios (registros biológicos y listas de especies) es cada vez más urgente pues dichos datos soportan procesos de investigación, educación y toma de decisiones relacionados con la gestión integral de la biodiversidad3,4. Un buen ejemplo del uso de datos abiertos es Biomodelos, una herramienta digital desarrollada por el Instituto Humboldt. Esta aplicación permite la comunicación entre especialistas para el desarrollo de modelos de distribución de especies de forma colaborativa, que sirvan como referencia para otros estudios y para la toma de decisiones.
El país también cuenta con el Sistema de Información sobre Biodiversidad (SiB Colombia5), una red de construcción colaborativa de conocimiento de referente mundial, que se encuentra bajo la coordinación del Instituto Humboldt. Mediante un modelo de publicación participativo e interoperable que potencializa la visibilidad y la reutilización de los datos, el SiB Colombia, como iniciativa nacional, facilita la sistematización, la publicación y el acceso libre a información sobre la diversidad biológica del país. Dicha plataforma ofrece más de 3’000.000 de registros biológicos y 58 listas de especies, gracias a la amplia participación de universidades, ONG, autoridades ambientales, institutos de investigación, colecciones biológicas y redes temáticas. Sin embargo, todavía no es posible acceder a muchos de los datos generados en el país, hecho que limita e impide responder eficiente y oportunamente a los retos inmediatos de la gestión de la biodiversidad.
Poner los datos e información a disposición del público plantea retos institucionales a la hora de costear el mantenimiento de la infraestructura y de garantizar la permanencia de esta información a lo largo del tiempo, como por la comunidad científica, al ser esta la encargada de la documentación, estandarización y disponibilidad de los datos6. La tendencia entre 2014 y 2015 en número de registros y número de especies registradas va en aumento, evidenciando que la resistencia a publicar en un modelo de datos abiertos es cada vez menor. Para acelerar la consolidación del inventario de la diversidad biológica de la nación es necesario que investigadores e instituciones trabajen juntos, con miras a poner los datos sobre biodiversidad a disposición del público.