La fauna de anfibios en Colombia es una de las más diversas por unidad de área y de mayor endemismo en todo el mundo1-5.
Las 791 especies reportadas actualmente (correspondientes a 734 anuros –ranas y sapos–, 25 salamandras y 32 cecilias) posicionan a Colombia como el segundo país con mayor número de especies de estos grupos en el mundo, después de Brasil3,6. El número de especies registradas desde la primera lista de anfibios de 1996, que incluye los tres órdenes conocidos7, ha crecido gracias a la incorporación de más de 200 especies, provenientes de la descripción de especies nuevas o registros limitados a países vecinos (8,7 especies descritas por año)6,8.
En tiempos recientes, numerosos estudios7,9-16-5 han permitido afianzar el conocimiento sobre la historia natural, las distribuciones y las amenazas de los anfibios colombianos. En esencia, aproximadamente 50% de las especies de anfibios del país son endémicas (374 anuros, 9 cecilias y 17 salamandras). Por otra parte, contrario a lo que se piensa sobre la dependencia de este grupo a ambientes acuáticos, el 48% de dichas especies no depende estrictamente del agua y habita coberturas terrestres de vegetación nativa, principalmente bosques húmedos y ambientes de páramo. Así mismo, solo el 3% de los anfibios corresponde a salamandras y el 4% a cecilias.
La heterogeneidad topográfica de la Región andina le permite albergar una diversidad incomparable para este grupo, y la riqueza sigue aumentando gracias a los constantes hallazgos y descripciones de nuevas especies. La mayor concentración de los esfuerzos de inventario se han enfocado en los Andes y valles interandinos, la región noroccidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, algunos sectores puntuales del Valle del Cauca y en las cercanías de Villavicencio y Leticia. En términos generales, aún se requieren esfuerzos de exploración sistemática en otras partes del territorio para consolidar el inventario nacional.
En términos de amenazas, durante los últimos años se ha visto cómo la extrema sensibilidad de los anfibios frente a cambios mínimos en su entorno (capacidad que los convierte en indicadores de calidad de los ecosistemas que habitan) ha precipitado una dramática disminución de sus poblaciones y de su diversidad a nivel mundial. Entre las presiones que los afectan sobresalen la transformación y disminución de sus ambientes naturales, al igual que el cambio climático17,18.
A su vez en el país, 28% de las especies corresponden a anfibios categorizados bajo algún criterio de amenaza. Sin embargo, debido al desconocimiento de las distribuciones y de la historia natural de muchas de las especies, esta cifra subestima el estado de amenaza real. Colombia tiene, entonces, el reto de continuar el proceso de consolidación del Inventario Nacional de Anfibios para diseñar planes de conservación y responder a los compromisos adquiridos en el Convenio sobre Diversidad Biológica.