El Bosque Seco Tropical (BST) es considerado un ecosistema prioritario para la conservación de la diversidad y exclusividad biológica colombiana. El incipiente nivel de conocimiento sobre el BST, su proximidad a las zonas urbanas y su historia de transformación hacia sistemas productivos han puesto en riesgo sus especies, procesos ecológicos y servicios ecosistémicos.
Hasta la fecha, el limitado acceso a la información y a los pocos procesos de recopilación de datos a escala nacional sobre el BST han impedido conocer en detalle la distribución de la riqueza de especies 1. En años recientes, el Instituto Humboldt ha compilado registros biológicos de plantas, anfibios y escarabajos coprófagos del BST (grupos indicadores del estado de conservación1), en asocio con investigadores de todo el país. Gracias a este esfuerzo colectivo, que pretende estudiar en mayor detalle la diversidad de este ecosistema, se produjeron mapas de distribución de la riqueza observada para cada uno de los grupos biológicos mencionados.
Tales mapas indican que el Caribe concentra las zonas con valores más altos de riqueza observada de especies de plantas (cerca de 250 especies/km2 para Magdalena y Atlántico), al tiempo que registran aproximadamente 39 especies/km2 de escarabajos coprófagos. Así mismo, revelan que los anfibios protagonizan los mayores valores en el complejo Barranquilla-Guajira, con 23 especies/km2, y en los complejos ecogeográficos Barranquilla-Guajira y Bajo Caribe se concentra el 57% de la riqueza de especies registradas para el norte del país.
A nivel continental, las áreas donde se encuentra actualmente el BST contienen un alto número de especies únicas que son poco compartidas entre las regiones. Esto se traduce en una alta biodiversidad con distribución restringida y típica de cada localidad. No obstante, la información que hoy en día está disponible resulta insuficiente a la hora de identificar con certeza las zonas con mayor riqueza de especies así como las áreas prioritarias para la conservación del BST. Por ejemplo, salvo por los reportes sobre anfibios en el Catatumbo, los registros de los Llanos, de la región norandina y del valle del río Patía carecen de inventarios sobre escarabajos coprófagos y anfibios. Tales vacíos evidencian la necesidad de aumentar los esfuerzos de muestrao en aquellas zonas prioritarias con vacíos históricos de información.
Los mapas de distribución de la riqueza de especies son herramientas muy útiles para tomar decisiones sobre la conservación de determinado grupo biológico. Los registros de las especies, sintetizados en dichos mapas, ayudan más con la identificación de aquellas áreas sobre las cuales se deben enfocar los inventarios biológicos. Sin embargo, para asegurar la conservación del BST también es necesario incrementar esfuerzos de investigación sobre su ecología, funcionamiento y valor ecosistémico.