La conservación de las plantas es indispensable para la supervivencia humana y la de todas las especies que habitan el planeta. Las plantas mantienen infinidad de procesos vitales, conocidos o por descubrir, y brindan diversos beneficios a las sociedades humanas, las cuales de manera directa e indirecta deben gran parte de su desarrollo a esta estrecha relación.
La importancia de la diversidad biológica, así como su interés para la humanidad, se reconoció a nivel internacional en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), en donde se consignó la responsabilidad de los estados y la sociedad en establecer medidas para su conservación, uso sostenible y la distribución justa y equitativa de los beneficios que deriven de su utilización. Con este fin se han generado otros instrumentos que contribuyen al cumplimiento de los objetivos del CBD, entre los que se encuentra la Estrategia Global para la Conservación de Plantas (EGPC), acogida por la Conferencia de las Partes del CDB en 2002 el primer paso hacia el desarrollo y la adopción de metas para el Plan Estratégico de Biodiversidad2.
Como firmante del CBD, Colombia ha generado políticas institucionales y estrategias que aportan a la conservación de la biodiversidad del país y en el 2001 fue pionero al formular una Estrategia Nacional para la Conservación de Plantas (ENCP), como un instrumento orientador para la implementación de acciones dirigidas hacia el conocimiento, conservación y uso sostenible de la flora colombiana, generando espacios de integración y vinculando a los actores claves con la temática.
En 2010 se realizó una valoración de los avances en la implementación de la ENCP y se incluyó una actualización de los ejes temáticos iniciales de la primera con los objetivos y metas propuestas por la Estrategia Global3. En el marco de esta revisión, y como un acercamiento metodológico para la implementación de la ENCP, se propuso una Agenda de Investigación y Monitoreo que incluyó una metodología para la priorización de especies a las cuales dirigir los esfuerzos de conservación, considerando que se encuentran más de 25.000 en el país. Mediante la aplicación de esta metodología en talleres regionales se han priorizado 307 especies de plantas en el Caribe, la Orinoquia y el eje cafetero4-6.
Aún desde antes de la formulación de la ENCP, han sido muchas las iniciativas que han liderado actores individuales e institucionales que aportan al cumplimiento de los objetivos ENCP. Sin embargo, hacer seguimiento a estos avances de manera articulada ha sido un reto.
Buscando generar unas metas y acciones más específicas para la implementación de la ENCP en Colombia, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Instituto Humboldt y la Red Nacional de Jardines Botánicos iniciaron en el año 2014 el proceso de formulación de un Plan de Acción. Esta iniciativa se concibió con el fin de generar un instrumento que permita articular el conocimiento científico con instrumentos de política en escenarios de decisión para la gestión integral de la flora nativa colombiana y fortalezca la implementación de la Política Nacional para la Gestión Integral de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistémicos (PNGIBSE).
El Plan de Acción refleja los principales desafíos relacionados con la conservación, uso sostenible y educación, entre otros, convirtiéndose en un instrumento que permite a los diferentes sectores de la sociedad (p.ej. sociedad civil, organismos gubernamentales, sectores productivos) identificar su rol en la conservación de plantas y conocer los diversos procesos que se implementan a diferentes niveles y escalas.
13
932
704
1.674
5.538
alimento humano
17.810
medicina
1.621
combustible
11.365
provisión de materiales
2.503
venenos
3.649
alimentación para animales
8.140
usos ambientales
1.382
usos sociales
683
alimentos para invertebrados
5.338
usos genéticos
Como parte de los análisis obtenidos para Colombia de la ENCP en los últimos veinte años se identificaron un total 1805 de los cuales en su mayoría responden a la meta 1 relacionada con inventarios y listados florísticos. Es necesario fortalecer la producción de conocimiento en las metas 2, 5, 10 y 11 relacionadas con el estado de conservación de la flora, las áreas de importancia para la conservación de plantas, especies invasoras y el tráfico internacional9.
El 60% de las publicaciones son de la región Andina, evidenciando la necesidad de investigar en regiones como la Orinoquia y Caribe tuvieron los menores porcentajes.