En el Neotrópico los bosques secos son considerados ecosistemas con alta prioridad para la conservación1, en ellos se encuentran especies exclusivas de estos ecosistemas que resisten altas temperaturas y fuertes limitaciones de agua durante gran parte del año2. Sin embargo, las áreas donde se distribuye este ecosistema han albergado tradicionalmente grandes asentamientos humanos, lo que le confiere una larga historia de transformación y pérdida de su biodiversidad3.
Alarmados por el grado de amenaza que sufren estos bosques en Colombia4 y la falta de conocimiento sobre su dinámica y funcionamiento5,6, en 2013 investigadores regionales iniciaron, una estrategia nacional para el monitoreo de la vegetación del bosque seco (BSTCol), cuyo objeto es generar datos científicos relevantes para la gestión integral de este ecosistema de cara a los motores de cambio que enfrenta y los escenarios socioecológicos complejos que presenta7.
Estos esfuerzos de monitoreo aportan información de alta calidad que debe ser la base para la toma de decisiones en términos de su conservación. Se considera, entonces, que el monitoreo permanente de la vegetación se traducirá en un proceso sistemático de toma y análisis de datos, que no solo explorará las tendencias de cambio de los atributos propios de las especies y comunidades vegetales en el tiempo, sino que también permitirá verificar como los diferentes esquemas de conservación que Colombia tiene para este ecosistema aportan a la gestión integral de su biodiversidad.
Hasta el momento, a partir del análisis de la información registrada para la primera toma de datos, 623 especies de plantas (33.559 individuos) entre árboles, arbustos, palmas, lianas y cactus, están siendo monitoreadas en todas las parcelas (62±29 especies/ha-1). Al sobreponer las parcelas con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap), se encontró que tanto las áreas con medidas de protección estricta como las áreas con iniciativas de conservación privada resguardan un mayor número de especies respecto a los bosques sin figuras de manejo. Para los Parques Nacionales Naturales y Parques Regionales se registra ~72 especies/ha-1), para las Reservas Privadas de la Sociedad Civil ~74 especies/ha-1 y en predios privados ~51 especies/ha-1.
Sin embargo, independientemente de la figura de manejo, llama la atención la alta exclusividad y unicidad florística de cada sitio de monitoreo, sumado a la presencia de especies endémicas para la mayoría de las regiones. Lo anterior resalta la importancia del Sinap para la gestión integral de la biodiversidad en los bosque secos y la necesidad de proponer alternativas para la conservación de las plantas en las áreas privadas que no cuentan hoy en día con alguna figura de manejo y sobre la base del acoplamiento con los escenarios productivos que subyacen a cada sitio.
Aunque esta iniciativa está en su fase preliminar, en el futuro, y gracias al monitoreo permanente, se podrán puntualizar necesidades de conservación derivadas de los análisis sobre la dinámica, el funcionamiento y la capacidad de respuesta de las plantas ante diferentes motores de transformación.