La Estrategia Transversal de Crecimiento Verde, denunciada en el documento Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, identifica la “incorporación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en los instrumentos de planificación y ordenamiento urbano” como una de las acciones necesarias para asegurar el uso sostenible del capital natural del país. Bajo esta premisa, y motivados por la ausencia de conocimiento y el interés de soportar mejores decisiones, el Instituto Alexander von Humboldt, junto con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible1 desarrollaron un marco conceptual de trabajo e identificaron tres tipos de herramientas para la facilitar la incorporación de criterios de biodiversidad y servicios ecosistémicos en la planificación y gestión ambiental urbana: 1. Gestión del conocimiento; 2. Gestión territorial; 3. Apropiación social. El reto de ambas entidades fue poner a prueba dichas herramientas mediante un proceso de acompañamiento y fortalecimiento técnico a autoridades ambientales, áreas metropolitanas y municipios, priorizando su incorporación final en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) por su incidencia en las decisiones territoriales.
Fortalecer la capacidad técnica y comprensión de estos actores, así como de la sociedad civil, sobre el papel e importancia de la biodiversidad en las ciudades será un factor fundamental que contribuirá al mejoramiento de la calidad de vida urbana. Para esto, el desarrollo de un marco conceptual constituye un referente que guía a identificar los retos y oportunidades que la biodiversidad representa en la planificación y gestión territorial urbana. Igualmente, los elementos prácticos necesarios para lograr su gestión integral en estos entornos. La gran apuesta es facilitar la comprensión de conceptos y orientaciones relacionadas con 1. El significado e implicaciones de la visión de áreas urbanas como sistemas socioecológicos que operan en contextos regionales; 2. La forma en que se expresa y funciona la biodiversidad urbana; 3. El papel que la biodiversidad urbana tiene tanto en la prestación de servicios ecosistémicos en las ciudades, así como su relación con el bienestar y calidad de vida de las personas que allí habitan; 4. los fenómenos que actualmente desafían el mantenimiento de esa biodiversidad, pero también las oportunidades que las ciudades aún ofrecen para su mantenimiento; 5. Los conceptos de la gestión integral para la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en ciudades, al igual que la forma de vincular esto a herramientas de planificación e instrumentos de ordenamiento territorial urbano.
La información en temas de biodiversidad y servicios ecosistémicos en las ciudades, a pesar de su importancia en términos de conocimiento base del territorio y por ende para la toma de decisiones, es incipiente y falta fortalecerla.
La conformación de equipos temáticos y de carácter multidisciplinario para el fortalecimiento de la capacidad técnica (tanto a nivel de centros poblados como de corporaciones) es clave para la gestión, generación e interpretación de las capas de información.
Se deben generar incentivos apoyados en el valor de importancia de la identificación y preservación de biodiversidad y los servicios ecosistémicos urbanos, como su utilidad técnica y política en el momento de toma de decisiones o vinculación para ordenamiento territorial.
La funcionalidad territorial en cuanto a las relaciones de las ciudades con otras ciudades y con las áreas rurales en sus procesos de planificación y gestión resulta ser el criterio más positivo de la evaluación.
Es crucial el compromiso entre las entidades para que trabajen de manera conjunta y articulada fortaleciendo sus ejercicios de planificación y gestión ambiental urbana para una continuidad a largo plazo. Al igual que la vinculación con academia centros de investigación, comunidades y ciudadanía en general que permitan generar conocimiento y apropiación social en los procesos.
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