Los humedales son ecosistemas que se forman en lugares donde se acumula el agua de manera temporal o permanente. Esta acumulación se debe a condiciones geomorfológicas e hidrológicas que dan lugar a características particulares de suelo, fauna y flora1. En Colombia hay humedales en todas las regiones del país2 y van desde el nivel del mar hasta la alta montaña. El área del humedal incluye no solamente el área con espejo de agua sino también las partes que se secan periódicamente e incluso las que nunca se inundan pero presentan características de alta humedad y procesos relacionados en el suelo.
El Fenómeno de La Niña de 2010-2011 provocó en Colombia inundaciones que causaron más de 1100 muertes y 11,2 billones de pesos en pérdidas económicas. Solo un pequeño porcentaje de esas afectaciones obedeció a eventos completamente inesperados, fue el origen de una investigación sin precedentes a nivel nacional, que permitió entender de una manera más amplia los humedales de Colombia. Dentro de los resultados obtenidos se incluye la cartografía de humedales, en la que se evidencia que más del 26 % del territorio nacional hace parte de áreas de humedales. Este mapa reconoce la condición pulsátil de los humedales en tres tipos: permanentes, temporales y potenciales4,5 y cada uno debe entenderse y manejarse de manera diferencial. En los permanentes es necesario garantizar que no haya reducción del flujo de agua a través de desviaciones o acciones de desecación. En los humedales temporales el pulso de inundación tiene, generalmente, una recurrencia interanual y corresponden a zonas de expansión de ríos y cuerpos de agua en fuertes periodos de lluvia. Las áreas de humedales potenciales son susceptibles a inundación aunque con una menor frecuencia intraanual.
Con base en esta información se elaboró un análisis de transformación en donde se evidenció que el 24 % de los humedales ha sufrido algún cambio en sus coberturas entre 2007 y 2012. Esta transformación es causada principalmente por la ganadería (4 667 716 ha) y la agricultura (1 119 154 ha). El Urabá, el piedemonte de la Orinoquia, la cuenca del Sinú y la Mojana9 son las áreas donde se concentra esta transformación.
Adicionalmente, un sistema de clasificación permitió categorizar los 30 millones de hectareas según el tipo particular de humedal que representan, alcanzando más de 88 categorías para todo el país2,10. Con base en la información actualizada se realizó un ejercicio de recopilación de los registros consolidando un inventario nacional con más de 48 000 registros11 agrupados en 134 complejos.
Colombia es, entonces, un territorio dominado por agua, por lo que es necesario resaltar las potencialidades y beneficios asociados a esta condición. Un total de 1100 municipios tienen humedales, de los cuales 284 están cubiertos en más del 30 % por agua y algunos como Mompox (99,98 %), Cravo Norte (99,91 %), Sitio Nuevo (99,76 %), Pinillos (99,41 %) y Orocué (99,21 %)12,13 cubiertos casi en su totalidad. Ignorar esta condición en la planificación territorial y en el desarrollo adaptativo de las poblaciones ha traído como consecuencia el aumento de las catástrofes asociadas a sequía e inundación.
La única posibilidad para implementar una estrategia de gestión del riesgo efectiva es el reconocimiento del territorio como anfibio (inundaciones y sequías periódicas) y el fomento de la recuperación de los modos de vida adaptados en las poblaciones que habitan estos territorios. Un primer paso para lograrlo sería la incorporación de los insumos generados en las herramientas de gestión territorial como los Planes de Ordenación y Manejo Ambiental de Cuenca Hidrográfica (POMCA) y Planes de Ordenamiento Territorial (POT) que permita una gestión diferencial y conjunta entre las autoridades ambientales.