Al referirnos a los naturalistas aparecen en nuestro imaginario los grandes expedicionarios (Mutis, Zea, Matis, Triana, Humboldt y muchos otros) que recorrieron, observaron, contaron, calcularon, dibujaron, colectaron y exploraron la historia natural de países megadiversos como Colombia. Frente a la creciente dinámica de urbanización del país, representada por 1101 municipios1 que albergan al 74 %2 de la población urbana, surge el escenario propicio para una nueva figura de naturalistas contemporáneos. Esta pasión por la historia natural de las ciudades incita a considerar a los ciudadanos como los próximos naturalistas urbanos, que encuentran una infinidad de especies, hábitats e interacciones en cada rincón del entramado urbano.
Un número creciente de actores en Colombia ha venido fomentando aptitudes de naturalistas urbanos que evidencian el rol fundamental que cumple la sociedad civil en la gestión de la biodiversidad urbana. Al conocer con quién se comparte el hábitat urbano se tendrá conocimiento para construirlo, gestionarlo, usarlo y protegerlo equilibradamente, por lo que se debe seguir compartiendo, reconociendo y movilizando acciones colectivas del inspirador mundo de la naturaleza de las ciudades.
Este proyecto creado en la plataforma Naturalista busca recopilar información sobre la biodiversidad presente en la localidad de Teusaquillo en Bogotá. A partir de esta iniciativa se ha evidenciado que las zonas urbanas albergan una gran diversidad de especies, las cuales a menudo pasan desapercibidas pero son importantes para el funcionamiento de los nuevos ecosistemas urbanos. Desde que el proyecto inició en abril de 2017 se han registrado más de 1250 observaciones correspondientes a más de 400 especies. Los registros de más de 75 observadores han sido claves para la recopilación de información. En junio de 2017 se realizó el “Bioblitz de Teusaquillo”, actividad que reunió unas 40 personas e incorporó 54 especies al listado del proyecto. Lo más sorprendente es que aún quedan muchísimos organismos por descubrir en la zona, mariposas nocturnas, pequeños invertebrados que viven en el suelo, hongos y bacterias. Si se siguen registrando de forma exhaustiva las especies de la localidad se podría llegar a incluir algunos centenares más de especies.
La localidad de Teusaquillo, situada en el centro geográfico de Bogotá, es un pequeño sector de la altiplanicie de la sabana, antiguo hogar de juncales encharcados, bosques inundables de alisos y zonas de cultivo indígenas. Luego de siglos de transformación, primero en potreros y luego en un área densamente urbanizada, es mucho lo que han cambiado los ecosistemas y especies presentes en este lugar. Sin embargo, todavía se encuentra un gran número de especies, algunas de ellas presentes en los antiguos hábitats de la sabana, muchas otras traídas o llegadas involuntariamente en décadas recientes. Algunas de estas especies, como la paloma doméstica y el diente de león, se encuentran por todas partes, incluso en los sectores con más ladrillo y cemento. Otras, más delicadas, como los líquenes, libélulas y búhos, hay que buscarlas por los corredores verdes de la localidad, como la quebrada Arzobispo y el Parkway, así como en los grandes espacios abiertos del Parque Simón Bolívar y el campus de la Universidad Nacional de Colombia.
Realizar una expedición urbana es una estrategia que busca descubrir una conexión con el mundo natural que persiste en las ciudades, que normalmente no es percibido como un atractivo natural. Un ejemplo de esto es la quebrada La Iguaná, ubicada en la ciudad de Medellín.
A la convocatoria de esta expedición, liderada por el Parque Explora, respondieron más de 75 personas con ocupaciones muy diferentes (amas de casa, estudiantes, expertos, apasionados, curiosos), que se dividieron para la observación de cuatro grupos taxonómicos: plantas, aves, insectos y mamíferos. Fueron liderados por expertos de la Sociedad Antioqueña de Ornitología, Jardín Botánico de Medellín, Universidad CES, Universidad de Antioquia, Lasavia y Colectivo Aburrá Natural. Se registraron 130 observaciones y 85 especies en la plataforma Naturalista.
Se espera continuar con el inventario de la biodiversidad de la ciudad en una escala cada vez menor como los parques de barrio, quebradas y andenes, en un ejercicio de ciencia participativa en el que ciudadanos curiosos e interesados por la biodiversidad construyan de manera colectiva un inventario más detallado del soporte natural del cual hacen parte.