El crecimiento acelerado y poco planificado de la mayoría de centros urbanos en Latinoamérica plantea una amenaza a las zonas naturales1, áreas que proporcionan hábitats para diferentes especies y proveen servicios ecosistémicos. En el caso de la sabana de Bogotá, una zona de importancia biogeográfica por la presencia de un alto nivel de endemismo2,3, los paisajes naturales como bosques y humedales han disminuido al ser transformados en áreas de cultivo, potreros y zonas urbanas4,5 y han sufrido aumentos en los niveles de contaminación y presencia de especies invasoras6. Además del efecto del cambio climático global, las temperaturas de la ciudad han aumentado desde el comienzo del milenio7. En la actualidad, Bogotá continúa creciendo en área y población humana, lo que conlleva un reto en el manejo de las áreas naturales tanto dentro de la ciudad como en sus alrededores. Para identificar y evaluar cambios en las especies de un lugar, además de evidenciar los posibles factores que ocasionan cambios observados en sus poblaciones, los monitoreos a largo plazo son una herramienta fundamental.
Un ejemplo de este tipo de monitoreos son los Conteos Navideños de Aves de la sociedad Audubon, que se llevan a cabo anualmente entre diciembre y enero, y cuentan todos los individuos detectados de cada especie registrada en un círculo de centro fijo de 24 km de diámetro8. En la sabana de Bogotá los conteos se han venido desarrollando ininterrumpidamente desde 1989 bajo el liderazgo de la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO) con participación de expertos y aficionados, constituyendo así un ejemplo de ciencia participativa en la que la comunidad está activamente generando insumos de investigación. El círculo incluye áreas urbanas y rurales con hábitats representativos de la sabana como bosques nativos, matorrales, humedales, parques urbanos, cultivos y potreros.
Hasta la fecha, los 26 conteos anuales realizados han reportado 235 especies de aves, de las cuales 6 están bajo algún grado de amenaza, 46 son migrantes boreales y 7 son endémicas (3 especies, 4 subespecies)9. Así mismo, los conteos han evidenciado una variedad de tendencias de aumento, declive o estabilidad de las poblaciones, dependiendo de las características de cada especie y los impactos que las afectan. Los cambios poblacionales que se observan para cada especie tienen como posibles causas alteraciones en el hábitat (urbanización, plantación de árboles, transformación de humedales y el aumento de potreros), interacciones con otras especies (depredación, enfermedades, parasitismo de nido, presencia de perros), cacería y, finalmente, impactos del cambio climático, cuyos efectos son acentuados por el incremento adicional de temperaturas sobre la ciudad10.
En Colombia, otras ciudades como Manizales y Medellín han desarrollado monitoreos similares que también podrían constituirse en un insumo esencial en la gestión de las áreas naturales y en procesos de expansión urbana. Los monitoreos a largo plazo, que a la vez incluyen especies indicadoras, clave o sombrilla, pueden generar información valiosa sobre los efectos del cambio climático y la urbanización sobre la biodiversidad.
Los datos conseguidos a lo largo de las casi tres décadas de conteos navideños proveen información de interés para el debate que ha surgido sobre los efectos de la urbanización de la Reserva Forestal Regional Productora del Norte de Bogotá, “Thomas van der Hammen”, creada con fines de conectividad ecológica y conservación de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos11. El debate surgió debido a que la administración actual de la Alcaldía de la ciudad desde comienzos del año 2016 ha manifestado su interés en urbanizar el área de la reserva, a pesar de que se creó para mantener funciones ecológicas propias de la zona. Los conteos muestran cómo los parques urbanos y corredores lineales contienen un avifauna diferente y menos diversa que las zonas naturales embebidas en paisajes rurales9. Está documentado que algunas aves acuáticas de interés de conservación como el patoturrio (Oxyura jamaicensis) y la tingua moteada (Porphyriops melanops) se ven afectadas por los entornos12>. Esta información, sumada al hecho de que en el círculo de los conteos están disminuyendo especies de aves, inclusive aquellasque habitan áreas abiertas rurales demuestra cómo la urbanización y la falta de implementación del plan de manejo de la Reserva afectarían este importante corredor ecológico y los objetivos para los cuales fue propuesto.