El pastoreo de ganado es el uso de tierra más extendido en Colombia y también un importante motor de la expansión de la frontera agropecuaria1, afectando regiones de importancia ecológica tales como bosques tropicales de tierras bajas, bosques andinos, bosques tropicales secos, humedales y páramos2. Por esta razón, durante los últimos años se han presentado fuertes debates sobre cómo identificar las áreas que deberían excluirse de esta actividad, así como delimitar las áreas que requieren intensificación o necesitan manejo para garantizar la conservación de ecosistemas naturales.
El problema de la ganadería en Colombia se agrupa en dos componentes principales: alto impacto ambiental y baja productividad. Con base en lo anterior, se propuso un marco conceptual general para la planificación ambiental de las áreas de pastoreo que tuvo en cuenta las limitaciones ambientales y las áreas de conservación y restauración. En cuanto al problema de la baja productividad se propuso una estrategia a nivel de finca que incluía la intensificación productiva y sistemas de producción de múltiples estratos (por ejemplo sistemas agroforestales y silvopastoriles) que permitieran aumentar la producción y articularse con estrategias de conservación a nivel de paisaje.
Para identificar las áreas en pastoreo con restricciones biofísicas se utilizaron variables como las siguientes: 1. Áreas protegidas nacionales y regionales. 2. Áreas prioritarias de conservación (humedales y páramos). 3. Fertilidad del suelo para reflejar la competencia entre el ganado y los cultivos. 4. Pendiente como un factor clave en la degradación de la tierra en tierras de pastoreo. 5. Endemismo de anfibios y mamíferos como aproximación a la biodiversidad.
En cuanto se identificaron las áreas con restricciones biofísicas, se combinaron con los niveles de productividad de las áreas en pastoreo, teniendo en cuenta el marco conceptual, para definir las áreas que deberían excluirse, restringirse o promoverse para la actividad ganadera. Vale la pena señalar que el pastoreo extensivo en las sabanas naturales ha sido una estrategia que ha permitido conservar este importante ecosistema.
Se encontró que las limitaciones biofísicas varían del 10 al 42 % del área total actualmente utilizada para la ganadería en Colombia. Las áreas que deberían excluirse, de acuerdo con las limitaciones biofísicas y la baja productividad, se concentran principalmente en las regiones de los Andes, Caribe y Pacífico, mientras que las áreas con restricciones se encuentran principalmente en las regiones Caribe y Andes3.
Esta información es un insumo para el diálogo entre los sectores ambiental y ganadero porque requiere construir una política integrada de paisaje agropecuario que apoye una transición hacia la sostenibilidad ambiental y productiva del sector ganadero, fomentando prácticas sostenibles y la conservación de los ecosistemas naturales en paisajes productivos.
Importancia económica y social de la ganadería en Colombia
A pesar de sus impactos ambientales y baja productividad, el sector ganadero en Colombia sigue teniendo un rol importante en la economía nacional porque genera alrededor del 19 % del empleo agropecuario rural y cerca del 6 % del empleo total nacional. Representa aproximadamente 1,4 % del PIB nacional y 19 % del PIB agrícola4. En 2016, el inventario ganadero del país fue de 22,8 millones de cabezas. Un total de 3.7 millones de animales fueron sacrificados para producir 910 000 toneladas de carne, mientras que la producción de leche fue de 6391 millones de litros. El consumo anual per cápita de productos ganaderos fue de 18,6 kg para la carne y 140 litros para la leche. La ganadería a pequeña escala predomina en el país, evidenciada por el hecho de que el 45 % de las fincas tienen menos de 10 animales y el 81 % controla solo el 25 % del hato nacional y poseen menos de 50 animales por finca5.