La ciencia participativa es una oportunidad para involucrar a una gran cantidad de personas no científicas en la obtención de información valiosa a diferentes escalas espaciales y temporales1,2. En Colombia, numerosas iniciativas de ciencia participativa han aportado más de 4 265 716 registros biológicos, que representan el 52 % del total de los datos disponibles a través del Sistema de información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB Colombia).
El Instituto Humboldt ha venido impulsando, entre el 2017 y el 2019, el fortalecimiento de esquemas de participación ciudadana en la generación de conocimiento científico, implementando diversos proyectos de ciencia participativa en ecosistemas estratégicos del país, enfocados principalmente en el desarrollo de inventarios y monitoreos participativos de la biodiversidad. A través de estas estrategias, aproximadamente 2000 participantes han contribuido con más de 40 000 registros biológicos a partir de entrevistas, encuentros de monitoreo y el uso de plataformas digitales como Naturalista Colombia.
Los inventarios participativos integran el conocimiento científico y local, y se realizan evaluaciones rápidas de biodiversidad en un área particular, en cortos periodos de tiempo3. El Instituto Humboldt los ha implementado en iniciativas como BanCO2 -con comunidades campesinas en el Oriente antioqueño-, Expediciones BIO (Santander y Boyacá) y BIOBLITZ en áreas urbanas. La información obtenida a través de los inventarios se ha validado tanto por las comunidades participantes como por los expertos en los diferentes grupos biológicos.
Los monitoreos participativos buscan responder preguntas asociadas al uso y manejo de la biodiversidad, para generar indicadores sobre su estado y tendencia, a través de la realización de actividades periódicas. Para ello se involucran la comunidad y actores locales. Un ejemplo se realizó en Montes de María -departamentos de Bolívar y Sucre- donde se buscó evaluar la diversidad de aves y mamíferos asociados a sistemas productivos y con la cobertura de bosque seco a una escala predial.
A través de estas iniciativas se ha contribuido con la generación de conocimiento sobre la biodiversidad del país, a través de la integración de diferentes actores en escenarios rurales y urbanos en procesos de ciencia abierta, la promoción de proyectos colaborativos entre comunidades locales y expertos científicos y el fortalecimiento de capacidades para el registro y análisis de datos biológicos.
A futuro los retos son: 1. Vincular los inventarios y monitoreos participativos con necesidades concretas de las comunidades, más allá del interés científico; 2. Estructurar y consolidar una red de curaduría científica para aumentar el valor de esta información e integrarla en la toma de decisiones y 3. Fortalecer las capacidades de investigación de los actores involucrados y evaluar el impacto de estos procesos, de tal manera, que se pueda evidenciar el valor que tiene el conocimiento de las comunidades locales en la gestión integral de la biodiversidad.