Los primates son especies que dependen de los bosques para el desarrollo de sus actividades y su supervivencia, planteando una relación directa entre la presencia de este grupo biológico y la cantidad de cobertura boscosa existente. Debido lo anterior, su supervivencia recae en la conservación efectiva de los mismos. Se ha identificado que aproximadamente 348 especies de primates hacen parte de los ecosistemas de bosque en el mundo1 y, en la región tropical, Latinoamérica se destaca como la zona con mayor número de especies, con el 31 % del total mundial (199 especies), seguido por Asia con 186 y África con 1692. Si bien generalmente los primates habitan bosques, en algunos casos aprovechan los recursos ofrecidos en áreas transformadas, explicando su presencia en ciudades que están rodeadas por bosques como es el caso de Mocoa o Puerto Asís (Putumayo).
En los ecosistemas los primates ocupan diferentes roles como predadores, cazadores, dispersores y polinizadores3. Al ser dispersores de semillas logran mantener la diversidad de plantas, para el caso de semillas de árboles muy altos incrementan su probabilidad de dispersión y germinación, haciendo que muchas especies de plantas dependan directamente de los primates. Por ejemplo, los monos araña (Ateles spp.) pueden consumir frutos de hasta 152 especies de plantas, logrando dispersar las semillas a distancias promedio4 de 443 m. Esto hace pensar que la extinción de los primates traería en consecuencia la extinción de algunas especies de plantas.
La fuertes transformaciones y la reducción de los bosques son las principales amenazas que enfrentan los primates en Colombia. Actualmente se reconocen cuatro grandes causales de estas transformaciones: 1. La expansión de la frontera agropecuaria; 2. La expansión de infraestructura; 3. La extracción de minerales; y 4. La extracción de madera5,6. En Colombia se ha detectado una reducción constante de las áreas boscosas en las últimas décadas por lo que las áreas disponibles para el mantenimiento de primates se han visto reducidas. Se identificó que los sitios donde se presentan las tasas más altas de deforestación coinciden con las áreas con mayor riqueza de especies (San Miguel, Puerto Asís y Valle de Guamuez en Putumayo). Tal es el caso de la región Amazónica que en el 2018 presentó los núcleos con mayor deforestación en el país7.
Las tendencias en la reducción de hábitat por transformación y pérdida de bosques junto con la riqueza total de primates y de especies endémicas, indican que los sitios con hasta nueve especies han permanecido constantes en área a través del tiempo, pero los de mayor riqueza de especies (10-14 especies) han tenido una reducción progresiva desde 1990 hasta 2000. Esto podría indicar que la reducción de bosques puede estar promoviendo una variación en la composición o la extinción de algunas poblaciones de primates. La evaluación de este posible impacto debe ser una prioridad de conocimiento y gestión, con el propósito de implementar estrategias que permitan la conservación de las especies en sus hábitats.