Los humedales constituyen alrededor de 25 millones de ha de la superficie de Colombia que se distribuyen desde el nivel del mar hasta la alta montaña1. Debido a sus condiciones geomorfológicas e hidrológicas, en estos ecosistemas se acumula agua de forma permanente o temporal dando origen a un tipo particular de suelo y biota2. En las últimas décadas, el 24 % de los humedales han sido transformados por efectos antrópicos relacionados con la actividad agropecuaria (ganadería, agricultura y deforestación) y urbanización3. Esto ha ocasionando una disminución en la provisión de servicios ecosistémicos, en la respuesta de los humedales como barreras naturales frente a los desastres y en la adaptación ante el mitigación y adaptación ante el cambio climático, dado que ellos absorben y almacenan el exceso de precipitaciones, reducen las inundaciones y retrasan el inicio de las sequías al almacenar agua. Adicionalmente los humedales desempeñan una función fundamental al limitar la cantidad de carbono presente en la atmósfera, debido a que su degradación transforma estos sumideros naturales de carbono en fuentes de emisiones.
Desarrollar estrategias de conservación, restauración y uso sostenible son promovidas por la Convención Ramsar (Tratado internacional sobre los humedales), que a través de sus partes contratantes implementan orientaciones y lineamientos, entre otras medidas, promueven el monitoreo de los humedales para generar información acerca de los cambios, presiones y riesgos de transformación. En este sentido, el país viene desarrollando iniciativas para fomentar el conocimiento integral y la adecuada gestión, en especial para orientar acciones de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático16. En el 2021, y en el marco de esta apuesta de país, se formuló el Programa Nacional para el Monitoreo de Humedales de Colombia. Este proceso incluyó la revisión de 549 iniciativas de monitoreo en ecosistemas acuáticos, implementadas en su mayoría en la cuenca Magdalena-Cauca, área donde habita la mayor parte de la población y se da el desarrollo productivo de Colombia. Por otra parte, las áreas con menores esfuerzos de monitoreo —Amazonia, Orinoquia y Pacífico— deberán ser priorizadas en la implementación del PNMHC por su alto potencial natural, provisión de alimento, aportes a la regulación hídrica, almacenamiento de carbono y como refugios climáticos de la biodiversidad. Así mismo, fueron identificadas como las principales problemáticas alrededor del monitoreo de los humedales la falta de lineamientos nacionales, la escasa estandarización de metodologías, la poca gestión de datos e información, la baja disponibilidad de recursos económicos y de articulación interinstitucional de las entidades responsables de la toma de datos y generación de análisis.
Con el propósito de dar respuesta a estos desafíos y contribuir cumplir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las metas Post 2020, se plantean cinco líneas estratégicas que agrupan 91 indicadores que orientarán el monitoreo de los humedales, con énfasis en el seguimiento continuo, manejo de la información y conocimiento, para gestionar estos ecosistemas de forma integral. En el 2022 se iniciará el proceso de implementación del programa por parte de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Parques Nacionales Naturales de Colombia, las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible, grandes centros urbanos y distritos especiales e institutos de investigación, incluyendo las organizaciones no gubernamentales, la academia y las comunidades locales como generadoras de información. Esta implementación se dará en el marco del proceso de articulación interinstitucional y comunitaria, con el propósito de incentivar la generación, compilación, análisis y puesta a disposición de la información sobre el monitoreo de humedales para la toma de decisiones a la escala local, regional y nacional en aras de aportar a la mitigación y adaptación del cambio climático a través del conocimiento de sus dinámicas naturales como los pulsos de inundación o el mantenimiento de los depósitos de carbono.
Información proveniente de Políticas, Leyes, Decretos, Resoluciones.
El ambiente es patrimonio común de la humanidad. Establece que las agua son inalienables e imprescindibles del Estado. A partir de esto se desarrolla la gestión de los humedales, incluyendo el monitoreo y la conservación de los mismos.
Impone al Estado el deber de proteger la diversidad e integridad del ambiente y conservar las áreas de especial importancia ecológica.
Minambiente define la regulación de la conservación, protección, manejo, uso y aprovechamiento de los recursos naturales, así como establecer los instrumentos administrativos y mecanismos para la prevención y control, de su deterioro.
Adopción por parte de Colombia. Se compromete a generar las medidas necesarias para conocer los cambios ecológicos en sus humedales y su respectivo monitoreo
Genera las herramientas que permitan conocer el cambio en las características ecológicas a través del monitoreo en conjunto con comunidades locales, étnicas y fortalecer capacidades.
Necesidad de generar procesos de fortalecimiento de inventarios y monitoreo de la biodiversidad y su SS. EE.
Orienta la formulación de los Planes de Manejo en Humedales.
Debido a los eventos climáticos extremos de los años 2010 y 2011 que afectaron al 31 % del país, el Congreso legisló para promover la protección y monitoreo de los humedales.
En esta representación se cuantifica un área total de 25 931 657,3 ha de estos ecosistemas en el territorio nacional, en donde 5 002 523,1 ha corresponden a humedales permanentes y 20 929 134,2 ha corresponden a humedales temporales13. Este ejercicio fue construido con las diferentes instituciones que hacen parte del Sina, inició en 2015 y culminó en 2021 con la versión 3 del Mapa de Humedales de Colombia11.
El cambio de la cobertura natural a otros usos del suelo es la principal causa de pérdida de humedales a nivel global. Para el 2005 se estimó que aproximadamente el 50 % de los humedales en el mundo han desaparecido3.
Estudios realizados por (Patiño et al., 2016) señalan que 7 332 566 ha correspondiente al 24 % de los humedales han sido transformados a causa principalmente por:
Ganadería: 4 667 716 ha
Agricultura: 1 119 154 ha
Deforestación: 1 086 996 ha
Incendios: 170 555 ha
Urbanización 164 206
Desertificación: 81 112 ha
Minería: 20 896 ha
Plantación forestal: 14 232 ha
Infraestructura: 7 824 ha
El balance hídrico es fundamental para garantizar los requerimientos ecológicos del sistema hídrico, la biodiversidad asociada y garantizar la capacidad de abastecimiento del agua potable a las poblaciones humanas4.
Actualmente 391 municipios son susceptibles al desabastecimiento de agua potable. Distribuidos en 24 departamentos, de los cuales, tienen afectación en al menos el 50 % de los municipios de los departamentos de Guajira, Magdalena, Cesar, Tolima, Bolívar, Quindío, Santander, San Andrés y Providencia y Valle del Cauca4.
Principales tensores del balance hídrico se encuentra:
1. Regulación artificial de los caudales (construcción de diques, desvío de ríos)
2. Construcción de obras de infraestructura (generación de energía, proyectos viales, zonas portuarias, abastecimiento de agua potable, riego)
3. Cambio del uso del suelo
4. Variabilidad climática
5. Sobreexplotación de aguas subterráneas
6. Incremento de la demanda de agua potable
7. Deforestación
Los humedales son especialmente vulnerables a las especies invasoras debido a su prestación de servicios ecosistémicos, sus características físicas, originan una amplia variedad de hábitats, así como probabilidades de que estos cambien a consecuencia de los impactos provocados tanto por acción del hombre como desde la misma naturaleza5.
En estos ecosistemas las especies invasoras pueden ocasionar impactos físicos, biológicos y sociales, como los descritos a continuación:
1. Alteración del flujo y cambios en los ciclos de nutrientes
2. Alteración de la calidad del agua
3. Alteración de las inundaciones y la reposición de aguas subterráneas
4. Alteración de las zonas de pesca
5. Reducción o interrupción del transporte por bloqueo de los cauces
6. Aumento de la proliferación de patógenos, aumento de cargas parasitarias y virales en cuerpos de agua
7. Reducción de la abundancia de peces
8. Modificación de hábitats
9. Alteración en la diversidad biológica
En la actualidad la pérdida de la calidad del agua superficial y subterránea está disminuyendo seriamente la oferta a nivel nacional y causando problemas ambientales y de riesgo para la salud humana4.
Las cargas contaminantes generadas, tratadas y vertidas a las fuentes hídricas han aumentado, se estima en 564 709 Tn/año y con un incremento del 9 % para el 2014, y del 16 % para el 2018; por ejemplo en 2016, la carga doméstica generada en términos de materia orgánica (DBO) aumentó en 16 % con respecto al año 2010 y para el año 2016, se removió solo el 10 % de la carga orgánica de DBO generada por el sector doméstico en el país4.
Los principales fuentes de contaminación de las aguas en el país están relacionados con:
La sobre pesca es una de las amenazas más representativas, así mismo, la pesca ilícita aumenta la sobreexplotación del recurso7. La producción de la pesca de captura ha disminuido significativamente en los últimos diez años, debido principalmente a la sobreexplotación de las principales especies capturadas8. En 2013, fueron capturadas cerca de 700 000 toneladas de peces, lo que representa una disminución de casi la mitad de los niveles máximos de la década de los 9014.
Los efectos de la sobrepesca en el AH Magdalena-Cauca, ha ocasionado la sobreexplotación de la ostra Crassostrea rhizophorae al interior de la Ciénaga Grande de Santa Marta. En el AH Orinoco se reporta la extinción (EX) del pez graso (Rhizosomichthys totae) endémico del humedal de Tota, y en el AH Caribe la especie con mayor sobrepesca es el bocachico (Prochilodus magdalenae)8.
Las actividades mineras no solo ocasionan transformación del paisaje por medio de la fragmentación, sino que están directamente relacionadas en la alteración de las condiciones físico químicas de los cuerpos de agua presentes en las inmediaciones de las áreas intervenidas, como resultado del mal manejo de químicos, disposición inadecuada de residuos tóxicos y no tóxicos, falta de mecanismos de control y vigilancia de procesos de extracción y tratamiento del material extraído.
En cuanto al sector de hidrocarburos este genera afectaciones causadas por el vertimiento en el proceso normal de extracción. Existen 195 áreas de producción petrolera, de las cuales 154 están en áreas de humedal. Así mismo, existen 311 áreas en estudios de exploración para la explotación petrolera. Por otra parte, se han concedido más de 9500 títulos mineros legales, de los cuales 39 000 están en áreas de humedal. Adicionalmente, se los humedales de extraen minerales como material de río y oro.
Los humedales están expuestos a posibles amenazas que en el futuro cercano podrían materializarse a causa del cambio climático. Basado en una evaluación de modelos climáticos, simulando posibles escenarios en Colombia durante el siglo XXI, existe una probabilidad de impacto muy alto a finales de siglo, ocasionado por la disminución de más del 30 % del rendimiento hídrico en el país, sumado a una vulnerabilidad muy alta en áreas de manglar y lagunas costeras del 45 % del total existente en el país para el periodo comprendido entre 2011 y 2040, ocasionada por el aumento del nivel de mar9. Así mismo, a partir de la segunda comunicación, fue posible identificar que para el 2040, en el escenario multimodelo, los lagos, lagunas y espejos de agua, orobiomas andinos, pedobiomas andinos, helobiomas momposinos y los bosques tropicales del Medio Magadalena, presentaron una reducción entre 10 % y un 30 % hasta un área del 40 % total10.