La acumulación paulatina de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha causado una innegable crisis climática planetaria con efectos sociales, ambientales y económicos1. Colombia es particularmente vulnerable a las amenazas del cambio climático, especialmente por su gran biodiversidad y altos niveles de endemismos que alberga2. Las principales estrategias para enfrentar este desafío son la mitigación y la adaptación. La primera aborda las causas del aumento de gases efecto invernadero para evitar consecuencias globales y la segunda se enfoca en los impactos -vulnerabilidad de los sistemas naturales y humanos- a través de acciones más rápidas y generalmente locales3,4.
Si bien Colombia es responsable de tan solo el 0,44 % de las emisiones mundiales, ocupando el puesto 40 entre los 184 países que monitorea el Instituto Mundial de Recursos del Banco Mundial, la mayoría de las iniciativas del país están dirigidas hacia la mitigación, seguidas de adaptación, monitoreo y observación de las acciones para enfrentar el cambio climático5 . La poca representación de Colombia en los aportes mundiales de CO2 en contraste con su alta vulnerabilidad y los altos niveles de deforestación, evidencia que su gestión debería estar enfocada en la adaptación a partir de ecosistemas naturales saludables.
El país cada vez más frecuentemente registra desastres de origen natural relacionados con las condiciones del clima -inundaciones, avenidas torrenciales, vientos fuertes, movimientos en masa, incendios forestales- que en su mayoría ocurren cuando se materializan escenarios de riesgo y cuya atención cada día requiere mayor inversión local, sectorial, regional y nacional6,7,8. Durante las últimas tres décadas, Colombia ha sido uno de los países de América con mayores registros9 de desastres asociados a fenómenos hidrometeorológicos y climatológicos, siendo las áreas rurales del país particularmente vulnerables.
Para enfrentar esta vulnerabilidad frente al cambio climático, se cuenta con las Soluciones basadas en la Naturaleza -SbN-, que son acciones para proteger, gestionar de manera sostenible y restaurar ecosistemas naturales o modificados, abordando desafíos de la sociedad eficientemente y de manera adaptativa, promoviendo el bienestar humano y beneficios para la biodiversidad10. Entre los desafíos se destacan además de la mitigación y la adaptación al cambio climático, la reducción del riesgo de desastres, el desarrollo económico y social, la salud humana, la seguridad alimentaria, la seguridad del agua y la degradación ambiental y la pérdida de la biodiversidad10.
Las SbN ofrecen soluciones y beneficios a largo plazo para afrontar los desafíos del cambio climático en las zonas rurales; sin embargo, este enfoque está lejos de ser común en el país. Muchos de los tomadores de decisiones del sector ambiental aún no conocen la importancia y costo-eficiencia de estas soluciones. Para implementarlas de forma eficiente y efectiva, es necesario integrarlas en la política, la legislación, las reglamentaciones, la planeación de proyectos y los mecanismos de financiación. Además, es necesario desarrollar metodologías estandarizadas que permitan la inclusión de las SbN en la planeación y el desarrollo de proyectos de infraestructura. Finalmente, es importante desarrollar indicadores para medir los beneficios sociales, ambientales y económicos, así como su implementación y evidenciar los riesgos y oportunidades del desarrollo de proyectos con enfoque desde las SbN para la adaptación al cambio climático en el país.