Los humedales se encuentran entre los ecosistemas más vulnerables ante el cambio climático1 y al mismo tiempo son aliados estratégicos en la mitigación de gases efecto invernadero -GEI- y la adaptación frente a este fenómeno. Entre sus múltiples servicios ecosistémicos -SS. EE.- están la captura de carbono, la regulación climática, el control de inundaciones y sequías, la provisión de materias primas, agua y energía, entre otros. En el mundo existen 2435 humedales de importancia internacional o sitios Ramsar2. Estos representan los humedales mejor conservados y suscritos por cada país y promueven la conservación, el uso sostenible y mantenimiento de las funciones ecológicas e hidrológicas, garantizando el suministro de los SS. EE.
En Colombia se han propuesto 12 sitios Ramsar y una ampliación para uno de ellos. De estos, 9 están oficialmente designados y corresponden aproximadamente el 3 % de los humedales del país, representando una baja cobertura si se compara con la superficie total de Colombia y la superficie de sitios Ramsar en los otros países de la región. Con esta designación a los humedales se les reconoce un valor significativo asociado a nueve criterios de calificación2.
De acuerdo a las fichas informativas de humedales Ramsar -FIR-, en Colombia ha sido casi nulo el uso de criterios como el sustento de manera regular o habitual del 1 % de los individuos de una población, que podrían aplicarse a humedales con presencia de especies endémicas. Aplicar este criterio reafirmará que Colombia es el tercer país del mundo con mayores endemismos3, en regiones como la ciénaga Grande de Santa Marta, la laguna de Otún y la laguna de Sonso.
Es necesario aumentar la representación de otros tipos de humedales distintos a ríos/arroyos permanentes (M) y pantanos/esteros/charcas permanentes de agua dulce (Tp). Una de las tipologías con ninguna representación son los humedales artificiales como las gravilleras de Siecha, área importante para la conservación de aves -AICA-. Finalmente, aunque casi todos los sitios Ramsar son administrados por alguna autoridad ambiental regional o hacen parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, qué sólo tres sitios hayan adoptado o acogido un plan de manejo ambiental es un llamado a la acción para estas entidades ambientales.
Al cruzar los sitios Ramsar con el mapa de transformación de humedales continentales en Colombia5, se evidenció que después de la designación, el 5 % de la superficie de los humedales presentan una transformación muy alta, el 9 % una transformación alta y un 11 % una transformación media . El humedal más afectado es el sistema delta estuarino del río Magdalena y la Ciénaga Grande de Santa Marta que tiene el 25 % de su área (131 750 ha) con un muy alto grado de degradación. Como consecuencia de este nivel de transformación, la Ciénaga Grande de Santa Marta se encuentra en el registro de Montreux, instrumento de la Convención para gestionar los sitios Ramsar Amenazados.
Para mejorar su gestión frente al cambio climático, se recomienda: 1. Actualizar las FIR; 2. Mejorar el manejo de cada sitio; 3. Aplicación estricta de los criterios; 4. Formulación y adopción de PMA y 5. Generar los instrumentos políticos y administrativos para apropiar los recursos necesarios para la implementación de los PMA. La buena gestión de los humedales podría contribuir a la reducción del riesgo de desastres de la sociedad.
En los procesos de gestión de la crisis climática uno de los grandes retos es mejorar la información sobre las fuentes de emisiones de metano. Es importante establecer alertas sobre el frágil balance entre emisiones de metano y captura de carbono y la necesidad de un monitoreo para tener datos sobre su contribución a la mitigación del cambio climático. Normalmente los humedales naturales, además de fijar carbono mediante la fotosíntesis, también emiten metano, que es un gas efecto invernadero, producto de la respiración microbiana. La proporción entre un fenómeno y otro, en un humedal sano, es de 4 a 1. Los datos de fijación de carbono vs emisión de metano para los humedales Ramsar en Colombia son escasos, sin embargo, estudios en la CGSM demuestran que en las áreas más deterioradas aumenta el nivel de emisiones de metano y disminuye la fijación de carbono. Esto es un claro indicio de la necesidad de monitorear más nuestros humedales y de su balance carbono/metano6.
Entre los SS. EE. reportados, se resalta que los de provisión no encabezan este listado cuando para las comunidades locales suelen ser percibidos como los importantes, entre ellos la provisión de alimentos, agua y materias primas.