La piedra angular de la conservación in situ más reconocida y costo beneficiosa es la declaración de áreas protegidas1,2. En Colombia el Sistema Nacional de áreas protegidas (Sinap) es el encargado de articular las áreas protegidas, los actores sociales y las estrategias e instrumentos de gestión3. Si bien el Sinap ha venido cumpliendo con su tarea, es importante evaluar cuáles serán las tendencias de crecimiento con relación a las dimensiones de la conservación, tipo de gobernanza y representatividad ecológica proyectadas al año 2030.
A partir de los análisis realizados y con base en los ritmos de crecimiento se evidenció para un futuro próximo: 1. Un aumento de hasta el 100 % en el crecimiento de áreas protegidas alcanzando más de 2400 áreas; 2. Un aumento de más del 25 % en la extensión del Sistema alcanzando 42 millones de ha; 3. Un aumento de 1:9 a 1:15 en la relación entre áreas protegidas de estricta preservación-restauración versus las de uso sostenible (más de un 60 % de cambio); 4. Un aumento de 1:10 a 1:17 en la relación entre áreas protegidas de orden nacional versus subnacionales (regionales y locales); 5. Un aumento en la gobernanza privada, pasando de dos terceras partes (2019) a tres cuartas partes, con un aumento del 14 %; y 6. Un aumento en la representatividad de los ecosistemas menor del 12 %.
El crecimiento en el número de áreas y su extensión no parece responder al aumento requerido de la representatividad ecológica. Sin embargo, los aportes de las corporaciones autónomas regionales y las reservas privadas tienen un papel importante en la representatividad y la conectividad del Sinap. Estas áreas en su mayoría son de uso sostenible, en ecosistemas estratégicos —manglares, humedales y bosques secos— y con aporte por unidad de área a la conectividad4 más eficiente que el de las áreas protegidas de orden nacional.
Teniendo en cuenta que las áreas protegidas continúan siendo la piedra angular de la conservación de la biodiversidad planetaria5,6,7, se requiere una reorganización sistémica del Sinap, tanto en su diseño, como en su marco normativo, de tal forma que se promueva la eficiencia del Sistema a través de la diversificación de las formas de gobernanza y la racionalización en la creación de áreas protegidas. Los principios contenidos en el marco conceptual que orientará una nueva política para el Sinap 2020-2030, son un llamado para el establecimiento de metas de crecimiento en representatividad ecológica que maximicen la relación costo beneficio entre la conectividad, efectividad y equidad en la gestión.