En Colombia, las plantas son un elemento común en nuestros paisajes, incluso en casas y ciudades. Sin embargo, no todas las plantas son iguales y algunas tienen distribuciones restringidas y otras se encuentran de forma abundante a lo largo de todo el país. Por otro lado, existen especies que alguna vez fueron abundantes pero que por su interés comercial y cultural o por la transformación del territorio ahora son escasas.
Evitar la extinción de especies es una prioridad a nivel global, al igual que mejorar el estado de conservación de las especies amenazadas, especialmente de aquellas que tienen una mayor disminución de sus poblaciones (Meta Aichi 12 para el 2020). Dado que en el país no se conoce el estado de conservación de aproximadamente el 80 % de las especies de plantas es necesario dirigir las acciones hacia especies con prioridad de conservación debido a su importancia biológica, socioeconómica y cultural. También se pueden priorizar aquellas que poseen una distribución restringida, como es el caso de las especies endémicas, cuya desaparición en el territorio implicaría su extinción.
Se requiere información actualizada y disponible sobre la distribución, ecología y aprovechamiento de las especies, a partir de lo cual se definirán las acciones que aseguren su preservación. En el país se reportan avances para grupos de plantas como las palmas, zamias y magnolias. Actualmente todas las especies de zamias1 y magnolias2 del país se encuentran amenazadas, al igual que 53 especies de palmas3. Adicionalmente se han dirigido esfuerzos para generar conocimiento sobre las especies endémicas del bosque seco tropical, ecosistema estratégico para el país debido a su alto nivel de amenaza e importancia para el bienestar de la población. Como resultado de estos avances, se reportan que de las 54 especies endémicas características de este ecosistema registradas, 36 especies endémicas características de este ecosistema que se encuentran bajo amenaza.
Evaluar la representatividad de estas especies en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap) y en las reservas de la sociedad civil puede dar un indicio sobre si sus poblaciones se encuentran sujetas a medidas de conservación vigentes. Aunque los valores de representatividad son alentadores, también indican que un porcentaje importante de las especies requieren medidas complementarias de conservación, especialmente aquellas que no están en el Sinap y seencuentran fuera de coberturas naturales, es decir, que están inmersas en áreas agrícolas y artificiales. Entre estas medidas se incluyen la incorporación de individuos en colecciones ex situ y el desarrollo de protocolos de propagación para su reintroducción en campo o para promover prácticas de aprovechamiento sostenible. En términos generales, es recomendable para todas estas especies incrementar el estudio del estado de sus poblaciones silvestres, de una manera articulada con los actores involucrados con la conservación de plantas en nuestro país.
