Más de 2.2 millones de datos abiertos, generados por personas que voluntariamente deciden registrar la naturaleza, evidencian la contribución que la sociedad ha realizado al conocimiento de la biodiversidad del país. La captura masiva de datos es una de las formas en las que las ciencias, especialmente las ambientales, han puesto en marcha la ciencia participativa o ciudadana1, un término reciente pero que en la práctica existe hace décadas2.
Esta forma de abrir el conocimiento científico a la participación de la sociedad a través de sus habilidades, recursos o herramientas3 se ha expandido gracias a la tecnología4 y ha permitido realizar análisis antes inalcanzables con la participación exclusiva de científicos2.
Más de 150 iniciativas de ciencia participativa en biodiversidad desarrolladas en los últimos 5 años en Colombia, en 25 de los 32 departamentos, son una evidencia del creciente interés en el tema5. Desde iniciativas de tipo contributivo que buscan apoyo en la recolección de datos, algunas con más de 25 años de implementación en Colombia como los censos de aves, hasta modelos más colaborativos de inventario o monitoreo que involucran la participación en el análisis de la investigación, e incluso los cocreados que plantean y responden la pregunta de investigación de la mano con las comunidades, hacen parte del espectro de iniciativas que se vienen implementando en el país.
Aunque la documentación de estas iniciativas es limitada, incluso en las que llevan décadas, es posible identificar algunos retos comunes. Una gestión integral de los datos, la información y el conocimiento hace parte de los principales aspectos por fortalecer. El avance se ve principalmente a nivel de datos, en el cual existen plataformas, estándares y protocolos que permite la integración y curaduría de estos datos. La clave es integrar activamente especialistas que contribuyan a la planeación y a la calidad en la obtención y depuración de los datos.
Los retos se concentran especialmente en la gestión de la información y su uso en la generación de conocimiento. Productos de información pensados para diversas escalas y públicos, reconocimiento e integración de diversos sistemas de conocimiento y actores, trazabilidad del impacto de estas iniciativas en la ciencia, las personas y los sistemas socioecológicos son algunos de los temas por resolver.
La clave para seguir expandiendo la ciencia participativa en biodiversidad y avanzar de forma conjunta es pasar de los proyectos (corto plazo) a los procesos (largo plazo), que cuenten con recursos para fortalecer en el tiempo las relaciones entre los diversos actores, que permitan construir a partir de intereses comunes y que aporten de forma significativa en la respuesta a preguntas claves sobre la biodiversidad.