La desaparición del bosque seco tropical (BST) en Colombia es superior al 90 %1 y en lo que corresponde a la región Caribe se estima un pérdida de aproximadamente 58 %. Las causas de esta pérdida están relacionadas con modelos de ganadería y agricultura extensiva y al desarrollo de infraestructura, minería y tala intensiva1-4, lo que genera la degradación del suelo y la eliminación de las coberturas vegetales propias de este ecosistema, ya adaptado a las fuertes sequías estacionales. El BST provee importantes bienes y servicios ecosistémicos, una de las razones por las que ha tomado importancia en los últimos años5, lo que ha conducido a la creación de programas que buscan cambiar la visión tradicional de la extracción y explotación de los recursos para así transitar a un aprovechamiento integral, que ayude al desarrollo y bienestar y dé valor agregado a una economía más acorde con la biodiversidad. Dentro de los servicios ecosistémicos del BST se encuentran los productos forestales no maderables (PFNM)6, que son bienes de origen biológico distintos de la madera, derivados principalmente del bosque5.
Los estudios adelantados sobre el conocimiento de las plantas y sus usos en fragmentos del BST1 en la región Caribe han permitido la identificación de 362 especies en 12 categorías de uso2. En áreas de intervención del proyecto Paisajes de Conservación, desarrollado por Fondo Patrimonio Natural, y mediante el desarrollo de talleres, entrevistas a sabedores y reconocimientos en campo con las comunidades locales, se identificaron 149 especies que son utilizadas por las comunidades. Las leguminosas representan la familia con mayor reconocimiento de uso y especies como el arepito, yaguaro, algarrobillo, ichi y bayeto, son potencialmente forrajeras y deben ser incorporadas en el diseño de sistemas silvopastoriles para aumentar las coberturas con mejor oferta de servicios y un menor impacto en la sobreexplotación del BST. El grupo de las palmas es de gran importancia para la obtención de hojas utilizadas para techar, lo que incluye las palmas amarga3, nolí y corozo, esta última con alto potencial en la industria de alimentos pues su pulpa se emplea para elaborar jugo con su fruto, típico de la gastronomía regional y nacional. Otras palmas importantes para la obtención de fibra (bajo algún grado de amenaza) son la palma estera7 y la palma sára8, que actualmente cuentan con estudios demográficos y recomendaciones para su manejo y conservación, tanto para los recolectores y artesanos como para las autoridades ambientales.
El BST también es fuente importante de materias primas para la fabricación de instrumentos musicales, lo que permite mantener las tradiciones culturales en la región. Así, especies como el cactus cardón son empleadas para elaborar gaitas y el totumo es utilizado para elaborar maracas. Los sabedores locales identifican especies importantes en la prestación de servicios ecosistémicos de regulación hídrica, que son conocidas como “llamadores de agua”. El caracolí (en categoría de casi amenazada), el guáimaro, el mamón de María, y el moho, se utilizan en procesos de restauración y protección de suelos, junto con otras especies que fueron diezmada por su explotación para la obtención de madera (carreto, ébano, brasil, corazón fino y guayacán).
Un número significativo de especies son empleadas en la obtención de leña y en la fabricación de carbón (el arará, baranoa, bollo limpio, entre otros), que por medio de la implementación de “bancos de leña” (dendroenergéticos) se podría impedir su aprovechamiento para la fabricación de carbón y potenciar estos bancos de biomasa.
Teniendo en cuenta la situación crítica en la cual se encuentra el BST, es fundamental y urgente la conservación de los remanentes existente e iniciar su restauración con la incorporación de especies vegetales nativas promisorias identificadas en estos estudios, que incluya la participación activa de las comunidades locales. Solo a través de la gobernanza forestal será posible la conservación, restauración y uso sostenible del bosque seco, y como consecuencia se dará una recuperación del conocimiento tradicional sobre el uso y aprovechamientos de sus plantas, permitiendo salvaguardar el conocimiento ancestral que aún poseen las comunidades asentadas en estos bosques. Por lo anterior, es importante lo siguiente: 1. Ampliar el conocimiento del uso de las plantas del BST. 2. Incorporar plantas nativas en los procesos de restauración, que a la vez cumplan una función en el mantenimiento de los servicios ecosistémicos –como la regulación hídrica–. 3. Partiendo de viveros comunales, diseñar e implementar programas de propagación de especies nativas que se encuentran hoy amenazadas. 4. Promover nuevas cadenas productivas de PFNM del bosque seco tropical, como la promoción de nuevos alimentos y especias en la gastronomía. 5. Difundir los conocimientos asociados a los usos de las plantas del BST a nivel del país.