Usualmente, durante la construcción de un proyecto de investigación, en lo último en lo que se piensa es en el proceso de divulgación de los resultados. Informes técnicos, papers y socializaciones sin segmentación clara de públicos, hacen parte de los formatos más usados para “garantizar” el acceso a los hallazgos científicos. Sin embargo, ¿cuántas personas entienden realmente aquello que está escrito o expuesto, si el lenguaje es técnico y riguroso? Esto lleva a analizar el impacto de la ciencia y a preguntarse si el propósito superior se reduce a la búsqueda de validez académica en pequeños grupos de expertos.
No se trata de llevar la ciencia hacia un comportamiento reduccionista; se trata de reconocer la urgente necesidad de entregar a diversos públicos insumos funcionales para la vida misma. Frente a este panorama, se entiende el papel potencializador de la comunicación y su rol transversal y de acompañamiento del quehacer científico. Finalmente, ¿qué es la ciencia sino la posibilidad de mejorar la calidad de vida de las personas?1
Los retos detrás de los procesos de comunicación de la ciencia no son tarea fácil. Pero se parte de la premisa de que cada actor puede llevarse algo de la ciencia a casa (bien sea, una experiencia, una idea, una pregunta), reconociendo a priori sus necesidades, formas de aprender y el contexto en el cual se desenvuelve.
En la búsqueda de un mayor impacto al comunicar la biodiversidad2, el Instituto Humboldt ha priorizado, recientemente, la creación de espacios de diálogo transversales a los procesos de investigación adelantados con diferentes sectores productivos y gremios. De esta manera, se tiene la posibilidad de identificar desde el momento cero quiénes son los públicos objetivo -aquellos para quienes los insumos técnicos serán funcionales- y así, mediante el análisis de elementos claves, proyectar la construcción y entrega asertiva de los resultados futuros.
Si bien en el campo de la comunicación de la ciencia aún no existe una receta para comunicar resultados científicos, como en la cocina, hay muchos ingredientes disponibles para dar origen a un producto final. Aunque es claro que el impacto será diferente para cada comensal, lo que sí se debe asegurar es brindar una experiencia o una idea nueva, que invite a interesarse por el tema. Lo anterior se puede lograr si se reconocen las experiencias e ideas previas3 que poseen los públicos alrededor de las temáticas claves a tratar, así como sus habilidades lectoras, espaciales y comunicativas.
El siguiente paso es la construcción misma de cada plato (mensaje). Los mensajes deben alinearse con las características cognitivas del público priorizado y ser cortos y sencillos, con un lenguaje adecuado al contexto, inspirados en palabras o imágenes importantes desde su cotidianidad que permitan despertar emociones que facilitarán la apropiación/conexión de los conceptos definidos entre el equipo técnico y los responsables de los procesos de comunicación. Este paso será el insumo primordial para la selección de los formatos que desembocará en el diseño y elaboración de productos útiles.
El llamado es a que sin importar el tipo de proyecto, la institución o el tema a trabajar, se propenda por involucrar a los ciudadanos pues son ellos los usuarios y transformadores del territorio. Hay que asegurarse de que lo que se produzca científicamente llegue a esas manos y que al final de la jornada, lleven consigo esos mensajes a sus hogares.
Recomendaciones - Llamados de atención:
- Hay que evitar los ejercicios de comunicación generalistas (tanto en la construcción de los mensajes como de los productos), estos deben ser diferenciales para cada público. No existe una receta replicable a todos los escenarios y contextos, así como tampoco existe el mal llamado "público general".
- Urge construir estrategias de seguimiento una vez finalizados los proyectos para, de alguna manera, medir el grado de apropiación de los conceptos/mensajes por parte los públicos objetivos.
- Durante la planeación de los proyectos, es necesario estimar los tiempos del proceso de comunicación y divulgación de los resultados. Así mismo, es importante establecer, desde la planeación, qué tipo de comunicación o divulgación se requiere para obtener resultados de gran impacto.
- Es primordial contar con profesionales que sirvan de enlace conceptual entre los resultados de la producción científica y la construcción de los mensajes claves que llegarán a los diversos públicos.
- Es necesario el fortalecimiento de los replicadores desde una perspectiva técnica y habilidades comunicativas, pues son estas personas de la comunidad los encargados de que los mensajes se mantengan en el tiempo.
- Las instituciones encargadas de los proyectos deben incluir a las autoridades ambientales como actores claves en la comunicación o divulgación de los mensajes.