Desde la antigüedad, las abejas sociales han sido aprovechadas por el hombre para el consumo de los productos provenientes de las colmenas. En Colombia, muchas personas se apropian de nidos silvestres de -abejas nativas sin aguijón (ANSA) o meliponinas- para consumir su miel. Otras personas han aprendido a criar y reproducir estas abejas, práctica conocida como meliponicultura1,2,3. En Colombia, la cría y manejo de ANSA ha aumentado en los últimos años y más del 50 % de los meliponicultores que existen actualmente en el país han incursionado en esta labor en los últimos 5 años2.
Las meliponinas son abejas sociales con aguijón atrofiado, se distribuyen entre los 0 y los 3400 m s. n. m. y habitan principalmente bosques tropicales, desde bosques secos, hasta bosques muy húmedos premontanos4. Tanto su aprovechamiento como su conservación presentan riesgos, entre ellos la pérdida de hábitat y contaminación con pesticidas químicos de uso agrícola, así como la sobreexplotación, que son grandes amenazas para las poblaciones naturales de ANSA en el país.
La crisis mundial de la biodiversidad ha afectado a todas las especies de abejas en términos de la rápida y masiva reducción de sus poblaciones5,6, especialmente en países con agricultura industrializada. En Colombia es difícil establecer la magnitud y el impacto de esta reducción, debido a la falta de información sobre las abejas nativas sin aguijón en el país. Como alternativa para mitigar los efectos de esta reducción, en los últimos años se ha fomentado y promovido la meliponicultura7,8,9,10. Esta actividad, además de generar ingresos para la agricultura familiar, promueve la conservación de las ANSA dada su contribución a la polinización de cultivos y al fortalecimiento de iniciativas de restauración ecológica11.
De las 120 especies de abejas sin aguijón reportadas para Colombia12, 44 especies fueron reportadas en 175 meliponarios activos en el año 2020. La identificación taxonómica en los meliponarios en su mayoría (105) es realizada a partir de material disponible en la web, en 47 mediante consulta con otros meliponicultores, en 19 meliponarios no se han realizado identificaciones taxonómicas de las especies manejadas y las ANSA se conocen solamente por los nombres comunes de la región. Por último, solo en 16 meliponarios los expertos han identificado taxonómicamente algunas especies manejadas.
La meliponicultura se ha incrementado considerablemente en los últimos cinco años y tiende a concentrarse en la región andina. Las formas más frecuentes de obtener nidos por parte de las personas son el rescate de nidos silvestres (captura del nido únicamente cuando se encuentra en peligro inminente), división de colmenas (a través del buen estado y desarrollo exitoso de colmenas previas) y trampeo (instalación de cebos en nidos temporales para aprovechar el proceso de reproducción natural de colmenas silvestres). Estos métodos sugieren que los meliponicultores están desarrollando prácticas cada vez más sostenibles para aprovechar las ANSA en el territorio nacional. De hecho, cinco especies de ANSA han sido reportadas en algunos meliponarios sin fines de producción, reflejando el interés de los meliponicultores por conservar estas especies.
Dentro de los retos que presenta la meliponicultura para ser sostenible están: 1. Evitar el traslado de colmenas desde y hacia lugares distantes –en ocasiones ubicados a más de 500 km del sitio original, afectando las dinámicas locales y regionales de las poblaciones de ANSA-; 2. Identificación taxonómica confiable de las especies por parte de expertos; 3. Generación de información sobre vacíos taxonómicos importantes –mejorando los listados, claves para la identificación de especies registradas en Colombia y el conocimiento de los rangos de distribución de especies que se encuentran incompletos y desactualizados-; 4. Fortalecer el conocimiento de los efectos de la meliponicultura como práctica que altera las densidades y diversidad de abejas en Colombia; 5. Fortalecer el estudio de las ANSA en el país, y 6. Establecer una normativa nacional ambiental especial para la meliponicultura, que facilite e incentive dicha práctica y que establezca parámetros que la regulen. Esto promovería un uso sostenible de las abejas sin aguijón en el territorio colombiano.