Colombia es el principal exportador de cafés suaves del mundo, con 14 millones de sacos producidos por año1. De este cultivo dependen 542 743 familias que realizan su labor en 991 238 ha, donde el 96 % se da en fincas de menos de 5 ha1.
El impacto que ha tenido el café en el desarrollo del país ha hecho que este cultivo haya moldeado el paisaje andino2 y esté ligado al estado actual de la biodiversidad en las laderas montañosas del país entre los 1000 y los 2000 m s. n. m. Algunas de las regiones más biodiversas del mundo, están ubicadas en los Andes tropicales y coinciden con áreas de cultivo de café, cuya biota, en algunos casos, ha logrado adaptarse a este agroecosistema dependiendo de la conformación y características del paisaje.
En Colombia existen diferentes paisajes cafeteros ya que el café se siembra en zonas con condiciones ambientales y aspectos socioculturales variados. En estos paisajes se registra la presencia de grandes o pequeños fragmentos de bosque y arborización dispersa y mientras en algunas regiones predominan los latifundios altamente tecnificados sin sombrío, existen otras con predominio de fincas pequeñas, de menor productividad y con sembrados bajo sombras densas.
El café, además de ser uno de los cultivos más importantes para la economía de los países tropicales de América, se ha convertido también en un cultivo de gran importancia ecológica. Es por esto que desde 1998 Cenicafé ha abordado preguntas sobre la relación entre la biodiversidad y los paisajes cafeteros a través del monitoreo de grupos de plantas, aves y hormigas en más de 69 localidades. Hasta la fecha se han registrado 504 especies de aves que representan cerca del 26 % del total para Colombia y el 60 % para toda la región andina, incluyendo 30 migrantes boreales, 35 especies endémicas o casi endémicas y 26 en alguna categoría de amenaza.
Se ha evidenciado que los elementos del paisaje que contienen vegetación nativa, como cañadas arborizadas y cercas vivas, contribuyen de manera significativa a la diversidad regional de aves, albergando especies de bosque y migratorias. Un papel similar pueden tener los sistemas de producción bajo sombra, dependiendo de su composición y estructura. Adicionalmente, los remanentes de bosque son fundamentales por proporcionar hábitat para muchas especies de aves especialistas de bosque.
Dentro de los impactos que la producción del café tiene en los paisajes cafeteros están la contaminación de agua relacionada con el beneficio húmedo del grano y el uso de pesticidas para el control de plagas. Para esto, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) y Cenicafé han desarrollado tecnologías para disminuir los requerimientos de agua3 y han implementado acciones para el manejo integrado de plagas que disminuyen o evitan el uso de pesticidas. Para lograr que estos paisajes sean ambientalmente sostenibles es necesario conseguir la adopción de estas prácticas por parte de los caficultores y fortalecer la protección, enriquecimiento y la conectividad de los elementos de la vegetación natural.
La caficultura, dependiendo de las prácticas utilizadas para el cultivo y procesamiento, puede brindar un espacio favorable para la biodiversidad si se apoyan sistemas ecológicos de beneficio del grano, sistemas de tratamientos de aguas residuales, implementación de buenas prácticas agrícolas, programas de renovación con variedades resistentes y la protección de remanentes de vegetación natural y siembra de árboles nativos. Como beneficio adicional, estas acciones añaden características de calidad y pueden traer ventajas comerciales.
Áreas que han sido reforestadas como parte del programa de silvicultura con especies comerciales nativas y exóticas.
Las aves hacen parte de la diversidad asociada a los paisajes rurales y son importantes porque desempeñan diversos papeles ecológicos en el mantenimiento de los servicios ecosistémicos y de la sostenibilidad ambiental, además de ser indicadores del estado de conservación de un área. La mayor amenaza que enfrenta este grupo a nivel mundial es la pérdida y transformación de sus hábitats naturales. Es por esto que la FNC durante el periodo 2005-20012 desarrollo el proyecto "Censos Participativos de Aves con Comunidades Cafeteras" que buscó promover la conservación de las aves migratorias en zonas cafeteras de Colombia, aumentando el interés de la comunidad en su conservación por medio de estrategias de educación y sensibilización. Este proyecto contó con el apoyo de The Nature Conservancy y el Programa Wings Across the Americas del Servicio Forestal de Estados Unidos.
Una de las mejores estrategias para maximizar la diversidad de aves en las zonas cafeteras es la de mantener la diversidad y heterogeneidad en el paisaje por medio del enriquecimiento y la presencia de elementos que contengan vegetación nativa, como cañadas arborizadas, cercos vivos, remanentes de bosque y cuando es posible, sombríos en los cafetales. Adicionalmente es clave la investigación participativa y mecanismos de incentivos económicos y sociales sean otorgados a la comunidad.