La planicie inundable es la franja llana de transición tierra/agua ubicada en el borde del cauce de los ríos que está periódicamente sujeta al pulso hidrológico de los mismos1. Este comportamiento dinámico continuo da forma a un ensamblaje ecosistémico muy rico en nutrientes y especies con diversos rasgos de historia de vida, distribuidos en una variedad de ecosistemas de humedal permanentes como ríos, ciénagas, caños, quebradas y meandros, así como otros ecosistemas anfibios temporales como playones, bosques riparios e inundables2,3. En Colombia, este aumento de las aguas se da una o dos veces al año4, por lo que sus habitantes desarrollan medios de vida específicos adaptados a cada momento del pulso. De esta forma, durante aguas altas la amenaza por inundaciones es mucho más frecuente en las llanuras aluviales que en otras zonas con relieve suficiente. Este es el desastre de origen natural de mayor ocurrencia y que produce el mayor número de personas afectadas en el país5. Así mismo, durante la sequía, las comunidades y ecosistemas se afectan gravemente con impactos que las poblaciones perciben con mayor fuerza, algunos de estos son la reducción del agua en calidad y cantidad, afectación a la fauna acuática, aumento de la sedimentación, colmatación de cuerpos de agua y afectación del transporte fluvial.
Cada vez más se reconoce que las soluciones basadas en la naturaleza (SBN) contribuyen en la adaptación de estas comunidades, asegurando el bienestar humano y la conservación de la biodiversidad, mientras se gestionan los grandes desafíos de la humanidad como son el cambio climático, la reducción del riesgo de desastres, la seguridad alimentaria, la seguridad hídrica y el desarrollo socioeconómico6,7. Uno de los enfoques de este tipo de soluciones, la adaptación basada en ecosistemas (AbE), es una opción de bajo costo y potencialmente eficaz que se ha centrado en reducir los riesgos climáticos asociados a las inundaciones y sequías8,9,10. AbE se define como el uso de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas como parte de una estrategia general de adaptación para ayudar a las personas a adaptarse a los impactos adversos del cambio climático11.
El uso de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas significa que las medidas AbE deben implementarse inherentemente de manera sostenible y promover la protección, restauración o manejo sostenible de la biodiversidad y los ecosistemas que utilizan. Esta es una forma eficaz de distinguir la AbE de otras medidas con distintos enfoques, ya que esta garantiza el bienestar de una población combinando métodos de protección de la biodiversidad y los ecosistemas con el desarrollo socioeconómico sostenible como una forma de ayudar a las personas a adaptarse a las crisis relacionadas con el cambio climático8.
En nuestro país, varios proyectos han desarrollado o recomiendan este tipo de medidas para reducir los efectos de las inundaciones y las sequías en las planicies inundables12,13,14,15. Sobresale la recuperación de la conectividad hidráulica como una medida a escala de paisaje que reduce la inundación y sequía extrema, facilitando la viabilidad de las otras acciones16. Estos proyectos, han demostrado que las AbE mejoran la calidad de vida de las comunidades intervenidas y los ecosistemas, siendo un referente de adaptación para otros lugares con características socio ambientales similares, que comparten problemáticas relacionadas con la variabilidad y el cambio climático.