En el oriente del departamento de Antioquia, área de jurisdicción de Cornare, la ganadería extensiva es una de las principales causas del deterioro ambiental, por lo que propiciar acciones de recuperación en este tipo de áreas degradadas es una labor urgente para avanzar en las metas de restauración para la conectividad y uso sostenible de los ecosistemas. Dentro de este portafolio de acciones, el uso de especies con potencial como producto forestal no maderable -PFNM-, que además aportan en el mejoramiento de los suelos y la restauración de áreas degradadas, contribuye tanto a la conservación de los ecosistemas como a la calidad de vida de las comunidades. Una de estas especies piloto es la jagua.
La jagua es una especie nativa de América tropical y en Colombia se encuentra con relativa abundancia en la región Pacífica y en el departamento de Antioquia. En la jurisdicción de Cornare en el oriente Antioqueño, se identificaron árboles en los municipios de San Luis, San Carlos, San Rafael, Sonsón y Puerto Triunfo. Tradicionalmente, su uso ha estado centrado en el aprovechamiento de la madera y su fruta inmadura ha sido utilizada por algunas comunidades indígenas para tatuajes temporales. Su fruto también es fuente alimenticia de algunas especies de animales. El cultivo de árboles de jagua ha demostrado un potencial para la recuperación de suelos degradados por minería y sobrepastoreo, protección de fuentes hídricas y ecosistemas naturales.
En el marco del proyecto Primer colorante azul natural de Colombia para el mundo cofinanciado por Partnerhips for Forests (P4F), Ecoflora SAS, Cornare y Masbosques, se priorizó el trabajo en cinco áreas operativas en las que se pretende impactar de manera positiva en estas áreas degradadas dedicadas a la ganadería y la minería de oro en los siguientes aspectos: 1. Desarrollar acuerdos de conservación con los propietarios de predios donde existan árboles de jagua; 2. Incrementar la oferta de jagua; 3. Obtener los permisos regulatorios para uso alimentario y 4. Aumentar el valor de los subproductos de jagua. Adicionalmente está articulado con la iniciativa BancO2-bio que incentiva el pago por los servicios ambientales -PSA- en zonas que permiten el enriquecimiento y conservación de la biodiversidad en ecosistemas estratégicos. En esta iniciativa se han vinculado empresas, autoridades ambientales y diversas comunidades y propietarios de predios rurales del Magdalena Medio antioqueño.
La implementación del PSA por jagua requiere la conservación de las áreas boscosas existentes en los predios y que se cultive una hectárea de jagua por predio con una densidad aproximada de 400 árboles/ha. El aprovechamiento de la fruta se da a partir del año cinco y representa otros beneficios al asociar esta especie en arreglos silvopastoriles o agroforestales y en la diversificación con otros cultivos tradicionales. A diferencia de otros cultivos que van directamente al consumidor tales como café o cacao, por los cuales se pueden pagar precios diferenciales -entre un 2 % y 8 % de más-, los frutos de jagua al usarse para hacer un colorante natural tienen un valor determinado por las características propias del mercado de colorantes naturales.
Esta alianza entre la empresa privada, la autoridad ambiental y los productores permite el desarrollo de proyectos integrales sostenibles en el tiempo, además de abrir una gran oportunidad para desarrollar la bioeconomía del país a partir de PFNM. Así mismo, la participación de la empresa privada garantiza la compra de los frutos producidos por los árboles sembrados, consolidando la cadena de valor del producto y representando una alternativa económica real para los propietarios.