Los procesos de transformación de los ecosistemas naturales para dar lugar a actividades productivas e infraestructura han llevado a la aparición de áreas heterogéneas en las que se crean conexiones entre la diversidad biológica y la diversidad cultural, dando origen a los paisajes rurales. Los paisajes rurales son arreglos socioecológicos diferenciables que, dependiendo de su configuración y de la interacción compleja de sus atributos, expresan un mayor o menor bienestar humano y ecosistémico, productividad y multifuncionalidad. Estos tres principios soportan el concepto de sostenibilidad y conducen a entender la capacidad actual de los paisajes rurales para prestar en el tiempo múltiples funciones ecológicas y socioculturales, ser productivos y generar bienestar multidimensional1.
Un paisaje sostenible se define como un arreglo socioambiental relacional, abierto y dinámico que garantiza la vida en todas sus dimensiones2. Los análisis de sostenibilidad multiescala en paisajes productivos3 están orientados a la evaluación del estado de sus principios y son medidos a través de conjuntos de indicadores capaces de entender de manera sistémica la forma en la que se encuentran entretejidos los atributos del paisaje.
A partir del análisis de 7371 unidades de paisajes rurales del piedemonte amazónico, analizados en el departamento del Caquetá, se evidenció en promedio una valoración baja de la sostenibilidad debido principalmente a la muy baja heterogeneidad entre las coberturas de los paisajes -dominada por pastos limpios- que limitan tanto la funcionalidad como la calidad y capacidad productiva de los suelos de los paisajes para actividades agropecuarias. Al analizar los otros indicadores se evidenció que esta baja sostenibilidad también potencia los riesgos de inundación, deslizamiento y erosión y limita la posibilidad de preservar los beneficios de la biodiversidad que alberga la región del piedemonte de la Amazonia colombiana, que garantiza el bienestar de las comunidades que allí habitan.
El análisis de sostenibilidad es una oportunidad para la gestión del conocimiento a partir de la articulación de diferentes actores con diferentes visiones del paisaje. En efecto, permite identificar y valorar las relaciones socioecológicas entre los atributos del paisaje, presentando insumos para la planificación del territorio, que favorezcan el valor potencial de la conservación de la biodiversidad del paisaje rural y el desarrollo sostenible, desde procesos integrales que garanticen la vida en todas sus dimensiones. Este análisis, sumado a modelos de gobernanza y gobernabilidad, son claves para la formulación de estrategias integrales de gestión territorial en el marco de las transiciones socioecológicas hacia la sostenibilidad -TSS-.