La dinámica de la deforestación depende del contexto socioecológico en el que esta ocurra. En Colombia, la deforestación ha estado relacionada con la dinámica del inicio de los diálogos de paz, la firma del Acuerdo entre el gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -Farc-EP y el postacuerdo1,2,3. Con la firma del Acuerdo de paz se esperaba, entre otras cosas, prevenir y reducir las presiones sobre las áreas de especial interés ambiental, dentro de las cuales se encuentran los bosques4,5,8. Dentro de las múltiples estrategias que el país tiene para conservar los bosques -al igual que otros ecosistemas estratégicos- se incluyen la declaratoria de áreas protegidas a diferentes escalas, las reservas de la sociedad civil tanto particulares como comunitarias y la titulación de territorios colectivos a manos de pueblos indígenas, comunidades negras y campesinas, entre otros6,7. Todas estas figuras de gestión buscan garantizar la protección, manejo y uso sostenible de los recursos naturales con el reconocimiento de las particularidades culturales y diversas formas de apropiación del territorio.
Los resguardos indígenas, legalmente constituidos y utilizados para este estudio, abarcan un área cercana a los 33 millones de ha que representan cerca del 29 % del área continental de Colombia. Sobre estos territorios se han ejercido históricamente presiones relacionadas con el acaparamiento de tierras, expansión de la ganadería y economías ilegales que promueven la deforestación6. Entender estos motores de deforestación es importante teniendo en cuenta que en estas áreas se concentran el 46 % de los bosques del país. Es necesario establecer una mirada estratégica para su gestión integral.
Se analizaron las cifras de deforestación en todos los resguardos indígenas con coberturas boscosas del país para dos periodos de estudio2. Un periodo previo (2013-2014 y 2015) y uno posterior (2016-2017 y 2018) a la firma del Acuerdo de paz, formalizado en noviembre del 2016, entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -Farc-EP-. Este análisis se realizó al interior de los resguardos indígenas y en un área de influencia de 10 km. Como resultado principal se evidencia que la deforestación aumentó principalmente en las áreas de influencia más que al interior de los mismos. Sin embargo, es importante resaltar que 290 resguardos presentaron incremento de la deforestación después de la firma del acuerdo de paz, y que en tan solo siete de estos se concentró el 60 % de la pérdida total de bosque.
Al comparar la deforestación por unidad de área en resguardos indígenas y en Parques Nacionales Naturales -PNN- para el periodo posterior, se encontró que el comportamiento de esta fue menor en resguardos (0,28 %) que en áreas de PNN (0,47 %). En los PNN, la deforestación ha venido experimentando un incremento continuo después de la firma del Acuerdo de paz 3, mientras que en los resguardos se ha mantenido constante en el mismo periodo de tiempo. La deforestación acumulada (2013-2018), fue 2,6 veces menor dentro de las áreas de resguardos indígenas respecto a sus zonas de influencia. Mientras que los resguardos perdieron 900 km2 de bosque, las áreas de influencia de estos perdieron 2409 km2 en el mismo periodo de tiempo.
Si bien la deforestación, generalmente ha sido menor dentro de los resguardos que fuera de estos, algunos poseen características singulares que prenden alertas por la pérdida de bosque. Los resguardos indígenas ubicados en la amazonia lideraron la lista de los que más perdieron bosque en el país, representando el 56 % en el periodo previo a la firma del Acuerdo de paz y el 59 % en el periodo posterior a la firma. Los resguardos nikak.makuk y llanos de Yarí, concentran el 38 % del toral de la deforestación ocurrida dentro de estos. Promover la gobernanza ambiental en los resguardos indígenas constituye una estrategia fundamental para reducir la deforestación y la subsecuente pérdida de biodiversidad y representa una oportunidad para el desarrollo social y económico de estas poblaciones a partir de iniciativas del uso sostenible de esta biodiversidad.
Se hace un llamado a extender este análisis a todos los territorios indígenas que incluyen también los resguardos legalmente reconocidos y los asentamientos indígenas que están en proceso de constitución o ampliación de resguardos, con el objeto de evidenciar el mantenimiento o cambio de los patrones expuestos en este análisis.