Los diferentes paisajes y ecosistemas de la altillanura colombiana, localizada en la región de la Orinoquia y con una superficie de 9 238 277 ha1 han sido afectados a través del tiempo por las acciones humanas y en gran medida estas acciones se han visto impulsadas por la promoción del alto potencial para el desarrollo agroindustrial y económico desde los planes de desarrollo nacional2. Esta rápida transformación pone en riesgo el estado de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos -SS. EE.- y a la vez pone en peligro el desarrollo agroindustrial deseado desde el nivel nacional. Debido a esto, la altillanura requiere que los entes territoriales se fortalezcan de modo que promuevan la planificación y ordenamiento del territorio de una manera consistente con el estado del paisaje y los ecosistemas de esta zona del país.
En este sentido, el reconocimiento y valoración de los SS. EE. de la región se convierte en información que contribuye a dar respuesta a preguntas comunes que se realizan los entes territoriales de la altillanura, entre otras ¿cómo saber cuál es el tipo de gestión más adecuada para los paisajes de la altillanura? ¿Gestión en qué territorios? También da la posibilidad de ser información de base para una planificación y ordenamiento territorial que permita un desarrollo sostenible, teniendo en cuenta el estado de los ecosistemas y la conservación de la gestión sostenible de su biodiversidad, del recurso hídrico, de los bosques, humedales y sabanas nativas3.
Para el fin de contribuir a este fin, la valoración de los SS. EE. se dio a partir de la identificación de vacíos de información de estos y de biodiversidad, para la toma de decisiones sobre la planificación y ordenamiento a nivel departamental y municipal en la altillanura, lo que determinó la importancia de realizar la valoración ecológica de oferta de SS. EE. de captura de carbono, ciclaje de nutrientes, oferta hídrica, atractivos de turismo de naturaleza y provisión de hábitat (conectividad). En este mismo sentido, basados en estos resultados y los de investigaciones anteriores4-16, se seleccionaron 21 atributos asociados a la caracterización de la biodiversidad y servicios ecosistémicos, su estado de conocimiento y gestión en las 31 subzonas hidrográficas (SZH) de la altillanura. Estos fueron evaluados a partir de un análisis multicriterio con enfoque de sostenibilidad, como insumo técnico y científico para analizar cuatro tipologías para la planeación y ordenamiento del desarrollo territorial: 1. preservación (conservación de la biodiversidad y alta naturalidad, creación de incentivos de apoyo, educación ambiental e investigación científica); 2. Restauración (recuperación de la capacidad funcional, aumento de la oferta de SS. EE., direccionada hacia uso sostenible o hacia preservación); 3. Alertas tempranas (prevención del avance de transformaciones que afecten la sostenibilidad de los paisajes) y i4. Manejo antrópico (zonificaciones para uso sostenible de potencialidades agrícolas, pecuarias y forestales, restricciones de uso, necesidades de información científica y aumento de la eficiencia en la productividad).
Estas categorías no son excluyentes sino complementarias, desde un enfoque de gestión orientado hacia la heterogeneidad de usos y coberturas de la tierra, evidenciando la posibilidad de crear mosaicos de paisaje que permiten la integración de las cuatro tipologías para la planeación y ordenamiento del desarrollo territorial, considerando la necesidad de mantener la oferta de SS. EE. y para hacer frente a las transformaciones necesarias para el desarrollo sostenible de la altillanura.
Como resultado se obtiene la tipología de gestión priorizada para cada SZH. Se observa, por ejemplo, el alto puntaje para preservación en la subzona del río Bita que es un sitio Ramsar y de igual manera requiere de gestión encaminada a la restauración, al uso sostenible y en menor proporción, a una gestión de alertas tempranas. En la SZH del Alto río Tomo también la gestión de restauración es priorizada, mientras que en la SZH del río Yucao se prioriza alertas tempranas y en la SHZ del río Muco una gestión relacionada con el manejo antrópico.
Considerando esta información los entes territoriales de las Alcaldías de Puerto López, Puerto Gaitán, Santa Rosalía, La Primavera y Puerto Carreño, y de la Gobernación de Vichada y Meta tuvieron la oportunidad de contar con insumos que facilitaron integrar la importancia de los ecosistemas, la biodiversidad y los SS. EE. y formular proyectos relacionados con estos en sus planes de desarrollo municipales y departamentales (2019-2022). Así mismo, esta información ha contribuido a la construcción de acciones y lineamientos de la Estructura Ecológica Principal -EEP- a escala 1:25.000 para los municipios de Santa Rosalía, La Primavera y Puerto Carreño, para que los entes territoriales tengan presente la información en el proceso de actualización de los Esquemas de Ordenamiento Territorial -EOT- en el departamento del Vichada y los planes de ordenamiento y manejo de cuencas hidrográficas (Pomcas). Sin embargo, se necesitará contar con información de valoración ecológica, la realización de otro tipo de valoraciones propuestas que integren otros aspectos (sociocultural y económico) pueden orientar aún mejor a los entes territoriales en la creación de estrategias para un desarrollo sostenible de la altillanura. Además la implementación de estos estudios complementado con el desarrollo de escenarios futuros de transformación en diferentes regiones del país permitiría recomendar patrones espaciales y proporciones de tipos de uso para la ocupación sostenible en dichas regiones.